Esa casa sería de techos muy altos, paredes blancas para que se refleje la mayor luz posible, un suelo de madera gris, balcones y contraventanas de madera y esos radiadores.
Lo antiguo y lo moderno se fusionarían en espacios amplios dando protagonismo a alguna pieza especial.
Tendría flores y plantas naturales por cada rincón de la casa, no pueden faltar nunca, para mi el elemento decorativo por excelencia.
Mi casa perfecta sería algo así.
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