Ya sabéis que me encantan las casas fuera de lo normal, que tienen ese aire que las hace únicas, así que hoy os traigo una casa de estas, de las que normalmente no es muy normal que tengamos pero que si fuera por mi, me mudaba ya mismo.
Paredes lisas, suelo de gres y ventanas pequeñas son cosas a las que les tengo un tedioso odio, no se, es verlas y entender que todos vivimos en una casa igual, sin carácter y que solo se ve bonita cuando la llenamos de complementos. Y en muchas ocasiones, para saber si una casa es bonita hay que verla vacía.
En la de hoy, solo con ver el exterior ya me he quedado entusiasmada por ver más, está rodeada por un fantástico campo verde y una bonita playa al fondo, sin duda, un paisaje que muchas de nosotras pagaríamos por tener, así que solo por eso, se merece mi admiración. Creo que a decir verdad, es una extensión de una casa mayor, ya que en ella, solo hay dos pequeñas habitaciones a las que le han lavado la cara.
Me encanta la mezcla que le han dado entre nórdico, bohemio y étnico, todo junto. Al principio, dicho así parece que tenga que ser una mezcla muy llamativa a la que no podrías entrar por la cantidad de contrastes extraños que esto podría llegar a generar, pero nada de eso, su interior es colorido y blanco a la vez, una combinación perfecta para recargarnos las pilas y disfrutar del verano.
Yo no se vosotras, pero a mi no me importaría para nada tener una casa así, fuera de lo normal, con muebles de obras, camas sin mesita de noche y escaleras todas blancas, así que os dejo con las fotografías para que opinéis vosotras mismas.
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Como veis, no podía ser más bonita y esas tiras de palitos de madera me han encantado así que es muy probable que acaben siendo carne de diy porque son preciosas! ya las veo decorando la terraza (que todavía no he empezado a hacer!).
Y vosotras
¿Os gustaría tener una casa así?
¿O preferís una casa normal como las de siempre?
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