No es igual, desde luego una familia de cinco miembros que una persona que vive sola. No se pueden tener el mismo número de platos si tenemos lavaplatos que si los lavamos a mano. Pero hay muchas cosas que sí es posible que podamos desechar todos. Te voy a enumerar algunas:
1 Fuentes que no usamos.
2 Tapas de táperes que ya no tenemos,
3 Bolsas de plástico que llevan meses en el cajón
4 Productos de limpieza que no nos gustan, o que tienen la misma función. Casi todo se puede limpiar con jabón de los platos, vinagre y bicarbonato.
5 Pequeños electrodomésticos que no usamos. Recuerda los números que sacamos sobre el coste del espacio y aplícalo aquí: amasadoras, hervidores de arroz, maquinas de hacer pan, ollas inteligentes... Está bien si las sueles usar, pero sí repasas, seguro que hay alguna que puede liberar tu precioso espacio.
6 Comida caducada, o que sabemos que no comeremos: Esa caja de galletas que no te gustaron solo te traerá polillas en algún momento. Su sabor no va a ser mejor con el tiempo.
7 Pequeños aparatitos que compramos para no se sabe qué: uno para cortar en zigzag, otro para pelar ajos, otro para sacar el hueso de las cerezas... ¿Los usas? Pues ocupan un cajón completo.
8 Ollas y sartenes en mal estado. Cada vez que las sacas te acuerdas de que la comida se pega en ellas y las vuelves a guardar. ¿no es raro?
9 Moldes de mil formas y colores para magdalenas, bizcochos, y otras cosas. Si tu pasión es la repostería, guárdalos. Si solo los compraste porque lucían divinos en la tienda, libérate de ellos.
10 Recetas de cocina sueltas (o libros) que pululan por toda la cocina. Reconócelo: cuando quieres hacer alguna nueva receta la buscas en You Tube..
11 Espátulas repetidas. Tenemos diez cucharones, espátulas o espumaderas similares, pero solo usamos una. Quédate con la mejor.
12 Tazas de publicidad, platos desportillados o muy viejos, cuchillos que no cortan...
Tu mesa lucirá mejor si toda la vajilla es pareja, aunque sea humilde. Si tienes que comprar platos nuevos opta por platos blancos, fáciles de encontrar repuesto si se rompen, atemporales y que dan un aspecto inmejorable a la comida.
Cuando depuré mi cocina, me quedé solo con dos sartenes, una olla rápida y otra tradicional, tres cuchillos para cortar y pelar y tres diferentes cucharones para cocinar. También guardé un juego de táperes de cristal (¿se dice así?) y la vajilla justa para mi familia a diario. Ah, y la cafetera. Te aseguro que no hecho de menos ningún elemento de los que tiré. En mi pequeña cocina, hasta me sobraba espacio.
Tal vez esto sea muy drástico para ti, pero ahora lo encuentro todo a la primera, no acumulo cacharros para lavar (porque no puedo) y mi cocina parece más grande, más limpia, y mas ordenada.
¿Te animas tú a depurar tu cocina? ¿que otras cosas se te ocurren que yo no recuerde? Dímelo en los comentarios.
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