Sea como fuere, el interior de este loft no puede ser más mágico. De colores neutros y de ladrillo visto, su rutina consiste en fundirse con la luz del día. Imposible ocultar sus raíces parisinas: se respiran, se sienten. Incluso desde el otro lado de la pantalla. Esta casa representa el concepto de loft en su mejor versión. Si algo resalta es la escasez de muebles. Sólo se han incorporado los mínimos elementos para dar protagonismo a la estructura y llevar a un primer plano todas sus cualidades. ¿Para qué más? El resultado son distintas zonas conectadas y perfectamente comunicadas. Una isla en la cocina para coger aliento y seguir con esta forma de vivir sin obstáculos, sin barreras. El dormitorio y el baño son los únicos lugares que quedan al margen de todo lo demás. Y a pesar de ello, la sensación de libertad es la misma.
Feliz comienzo de semana,
y de mes.
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