Lo mismo me sucede con todo aquello que incorporo a mi día a día, utensilios para la cocina, sistemas de organización para los cajones o armarios, o productos que consumimos en casa, ya sea de limpieza en general, o personal. Aprecio la cercanía de las marcas y proveedores para entender mis necesidades, y poder adaptarse a ellas.
Hace ya un tiempo que Simple Green forma parte imprescindible de la limpieza en casa, se han convertido en un objeto familiar que todos utilizamos, sin miedo, también mis hijos, puesto que su composición hace que sea un producto no peligroso, al no contener agentes químicos agresivos.
El formato que hasta ahora tenia el producto, en botellas de 1 litro, era muy cómodo, porque al ser concentrado permitía su uso durante un largo periodo de tiempo, pero también requería el tener que utilizar además otros recipientes para repartirlo y hacer las diferentes mezclas con agua según el uso que le fuésemos a dar: limpieza de superficies en cocina y baño, quitamanchas en la ropa, fregasuelos….
Hace unos meses la empresa decidió cambiar este formato por uno de mayor tamaño…. De 10 litros! Al principio me llamó la atención porque no parece que sea apto para un producto de limpieza para el hogar, sin embargo cuando hablé con ellos y me explicaron las razones de porqué habían decidido dar este paso, le entendí perfectamente e incluso me hizo ser más fan aun de Simple Green.
Para empezar el producto en si mismo tiene tantas aplicaciones y posibilidades en diferentes ámbitos de la casa que poder tener a mano una gran cantidad disponible permite utilizarlo sin preocuparse por que se acabe rápidamente, ya que a pesar de estar concentrado, para determinados usos se requiere una cantidad mayor de producto, especialmente cuando lo usamos como desengrasante para bicicletas, hornos etc.
Pero además se consigue un objetivo medioambiental muy acorde con su filosofía de empresa, y es que con este tamaño se disminuyen el uso de plásticos (se producen menor cantidad de envases) y se reducen emisiones de C02 ya que disminuye el transporte. Se gana en durabilidad y se ahorra coste del producto.
Así gano tiempo puesto que no tengo hacer la compra de la botella como hasta ahora cada mes, si no que al tener la garrafa de 10 litros puedo olvidarme de ello hasta dentro de 3 o 4 meses, puedo usarlo con mayor libertad y aplicarlo a más cosas.
El único problema que veo es dónde guardarlo……
ah! Pero cómo solo utilizo ese producto tengo sitio de sobra para ponerlo en el armario de la limpieza!
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¡LO QUIERO YA!