Esta es la tercera transformación de mi cocina desde que vivo en este piso y será la definitiva. Por circunstancias de la vida mi infancia y mi juventud me llevaron a cambiar muy a menudo de vivienda. Cuando hace 17 años compramos el piso, que se ha convertido en nuestro hogar, le dije a mi media naranja que no me iba a mover de él ni en sueños. No era perfecto pero tenía muchas posibilidades. La cocina era pequeña, las puertas de roble, rústicas. Con los años cambiamos esas puertas a otras de cerezo, lisas, sin molduras, más actuales, más fáciles de limpiar. Pero seguía sin ser la cocina que deseaba tener. Los cachivaches ya no me cabían en los armarios. Aún teniendo un patio o terraza en la cocina se me amontonaban las cosas por falta de espacio. Además no era muy cómodo comer en una cocina pequeña, plegar y desplegar la mesa en un reducido espacio. Siempre me han gustado las cocinas grandes, tipo americanas, donde hacer vida. Y siempre me han gustado luminosas, blancas, nórdicas. La idea estaba ahí rondando en mi cabeza durante años hasta que mi marido me siguió en otra de mis ideas delirantes y el sueño se hizo realidad.
La cosa no iba a ser fácil, mi casa tiene 4 dormitorios, uno se lo dimos al salón hace unos años. Lo reconvertimos en salita diáfana con un arco blanco que me hizo mi suegro (es ebanista). En casa entre mi suegro y mi marido han hecho todos los muebles, incluso los del baño así que ese don hay que aprovecharlo.
Volvimos a cerrar la salita y la reconvertimos en el nuevo dormitorio de mi hija pequeña, más grande y luminoso. Junto a mi antigua cocina estaba el único baño de la casa. Se lo dimos entero a la nueva cocina y conseguimos una cocina de 13 m². Como veis la obra no se podía hacer en un par de semanas. Y había que empezarla trasladando primero la habitación de mi hija que estaba al lado del baño antiguo y que por dimensiones de ella nos sirvió para obtener un cuarto de baño y un pequeño aseo con ducha que abrimos a nuestro dormitorio. Por todo esto nos mudamos de casa por 2 meses y he estado un poco atareada estos últimos tiempos. Justificado ¿verdad? Et voilà casa nueva y cocina ESPECTACULAR. Aprovechamos para alisar paredes y lavar la cara al resto de la casa. Así que como veis no puedo estar más FELIZ. Por fin, 17 años después de comprar nuestro piso, tengo la casa como a mí me gusta.
El mobiliario es en DM blanco lacado, el modelo de puerta se llama Málaga. Optamos por poner tiradores en cromado para seguir la línea de los electrodomésticos todos visibles menos el lavavajillas que va panelado.
Aunque viva en un piso y no en una casa es un lujo tener terrazas, da más sensación de libertad y quería tener unas bonitas vistas desde mi ventana.
La mesa y las sillas son de IKEA, la medida nos venía perfecta. El anexo que veis en blanco junto a la mesa esconde una pequeña sorpresa.
Mi nueva taza de la tienda Taste of America lo dice todo.
La campana también en inox y decorativa. El cartel de COOK es, en realidad, un atril para tener más a mano los libros de cocina. La encimera de la cocina continúa como un panelado por el salpicadero. Así queda más práctica a la hora de limpiar, más decorativa e integrada. Ahora que la he probado os digo que es todo un acierto.
Como veis tener la terraza a continuación da más sensación de amplitud. Las cocinas con poca luz ganan mucho si eliges mobiliario y azulejos blancos con brillo.
Esta parte la he ganado al ampliar la cocina. Con lo mucho que uso el horno era necesario ponerlo en columna, en su nueva posición es más cómodo a la hora de meter y sacar las cosas recién horneadas. Además es una zona más limpia y perfecta para preparar los desayunos.
El stand de dos alturas es también de IKEA y tiene todo lo necesario para aderezar nuestro café o la leche de las peques.
Y justo al lado la tostadora con sus prácticas 4 ranuras y un buen surtido de tazas, ya sabéis que son mi debilidad.
El suelo de la cocina es un porcelánico que imita los antiguos suelos hidráulicos. Combina blanco y gris, los colores predominantes de la cocina.
La elección de la encimera estaba claro. Elegí el modelo Aura de Dekton, ultrarresistente a impactos, manchas y a altas temperaturas. Me encanta el veteado.
Mi nueva batidora de vaso Smeg en verde menta y tiene un lugar privilegiado.
Pero la reina sigue siendo mi Kitchen Aid que luce su rojo triunfal en mi nueva cocina.
Además como veréis he añadido algún que otro extra a los interiores. Este es un organizador llamado Kitchen Tower. Caben todos mis tarros de especias, aceites, vinagres, y además tiene un cubo donde guardo los utensilios de madera. En un lateral puedo colocar las tablas de cortar. De lo más completo oiga. Y como me sobraba hueco pusimos un estante adicional donde guardo la báscula de cocina y las tazas medidoras. En el interior de la puerta he colgado las cucharas medidoras. Así lo tengo todo a mano.
Para organizar el interior de un armario esquinero nada mejor que uno de esos cachivaches que facilitan la vida en la cocina.
Todo en orden y accesible gracias al extraíble Le Mans.
La campana extractora es potente y además decorativa.
Me encanta ver el pequeño jardín a través de la ventana.
El azulejo que elegimos es el azulejo de metro en blanco. Se llama así porque es el que se empezó a poner en los metros de Londres.
Lo que más nos costó es decidir cómo meter una pantalla negra en una cocina tan blanca, no sabía como encajarla. ¿Dónde podíamos poner la T.V. sin que desentonara y que pudiéramos verla todos al mismo tiempo? ¿En la encimera? ¿Empotrada en un mueble? ¿En columna junto al horno y microondas? No, no me acababa de convencer.
Hasta que vimos la solución: un elevador de T.V. empotrado en un pequeño mueble haría que pudiéramos mostrar o esconder la T.V. a nuestro antojo. Así no desentona y además está protegida de la grasa de la cocina. ¿Qué os parece? Compramos el elevador en Amazon y mi marido le hizo un mueble a medida a la T.V. Mis hijas alucinaban !!!!!!
La suerte de vivir en un primer piso es que tenemos dos terrazas, una en nuestro dormitorio, más de disfrute, y otra en la cocina. Es un desahogo poder guardar todos los productos de limpieza, cubos, escobas, fregonas, carro de la compra, lava-secadora, calentador, … , hasta mi gato Lenny tiene sus cosas en la terraza. Esta vez además pensamos en lavar un poco la cara de la terraza colocando tablillas de madera tropical de ipe y renovando y trasplantando mis plantas a grandes maceteros. El resultado me encanta.
La combinación de madera y plantas siempre es un acierto.
Como a pesar de tener una gran cocina necesito mucho espacio para material de repostería estos dos grandes armarios de compacto blanco me sirven de almacenaje. Es un tipo sintético de madera que resiste el agua y el estar a la intemperie.
Siempre me han gustado las clásicas alacenas así que quería una donde poder guardar los innumerables tarros de harina, azúcares, … Bien organizada eso sí.
Tener el horno más alto es una ventaja, siempre me han gustado los hornos en columna.
Ahora tengo grandes vitrinas donde guardar stands de tartas, bandejas, latas, … Todo a la vista.
Había visto esos bonitos rincones del café en Pinterest y tenía ganas de hacer uno en casa, todo a mano, sólo necesito coger la leche para el café.
El letrero es casero, DIY. Encontré un cuadro alargado en una tienda y con una fina cinta de doble cara le pegué un trozo de cartulina negra a la medida. Las letras están pintadas con Chalk Paint.
No hay ningún material que me guste más que la madera natural, así que, no podía faltar en mi cocina.
Los cuberteros son de madera de bambú y extensibles. Todo organizado en 3 grandes cajones Hettich que se deslizan solos.
Y grandes caceroleros para guardar además de sartenes algunos de mis moldes de repostería.
El fregadero es grande y los bajos ocupan mucho espacio así que preferimos poner estas prácticas y baratas cestas para las basuras que aparatosos e incómodos cubos.
Este fue el aspecto original de la cocina: clásica, rústica, oscura, pequeña. Sus inicios.
Este era el aspecto tras la primera reforma: más moderna, un poco más clara pero igualmente pequeña y oscura. Ahora me doy cuenta de que he hecho grandes creaciones en una cocina pequeña. Ahora tengo una bancada grande y espaciosa y eso me hace muy FELIZ. Como veis la transformación ha sido INCREÍBLE. Me siento como las familias de los programas de decoración de casas de Divinity. Es como estrenar casa de nuevo. Ha valido la pena el esfuerzo.
Vuelvo a la carga, tranquila y relajada, la actividad bloguera se reanuda.
Y claro hay que estrenar la K.A. en la nueva cocina: cookies de lacasitos, madeleines, minicakes de limón y arándanos, brownie, clafoutis de cerezas, limonada casera y batidos de Oreo. ¿No está mal eh?
Porque tengo que preparar meriendas de inauguración para merendar con mi familia y amigos.
Una nueva cocina diseñada a medida, plasmando ideas sobre el papel. Nada en ella se ha dejado al azar. Tenía claro su diseño, materiales, distribución, … Y así ha quedado, como yo esperaba, increíblemente bonita, espaciosa, luminosa, para vivir.
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