A mediados de diciembre os mostraba cómo planté bulbos
de interior en distintos recipientes (aquí).
Os daba algunos consejos que saqué de la red para conseguir
que crecieran bien sin drenaje y cómo obtener una floración
normal con tallos cortos de forma que las flores se
mantengan erguidas y evitar que se venzan por el peso.
Pues bien, como pasé diez días fuera de casa durante las vacaciones
de Navidad, debí dejar algunos recipientes algo más llenos de agua
de lo debido o quizás, por sus características, no admitieron bien la
plantación: a mi vuelta los bulbos que puse en latas se habían
enmohecido y estropeado.
Conseguí salvar tan solo unos pocos de la lata pequeña.
Aquí están intentando sobrevivir.
Los demás van creciendo despacito, más de lo esperado.
Me pregunto si ciertas variedades de bulbos, como los Crocus,
no son recomendables para plantar en interior frente a Muscaris,
Narcisos y Jacintos, que son los que suelo ver en blogs.
Y, desde luego, al ritmo que van ni se me ocurre emborracharlos
de ginebra, no vayan a perecer por coma etílico.
En cambio el Muscari que planté en porcelana está de lo más altivo.
Tampoco con él he querido arriesgarme a probar
el truco de la ginebra en el riego.
He preferido ponerle un tutor y recogerlo con un cordón.
Así crecerá naturalmente y a su aire, al tiempo que queda
decorativo hasta que eche la flor.
¿Alguno de vosotros se animó a usar la mezcla de ginebra
en el agua de riego?
Con los macros de este post participo en el blog hop de
los jueves de Nika Vintage.
Os animo a visitar su blog y descubrir muy de cerca otras propuestas.