El dormitorio tiene mucha más importancia de la que solemos darle. Es verdad que dependiendo de cómo vive cada uno su casa se utiliza en mayor o menor medida, pero es donde se realiza una de las actividades más importantes: descansar.
Podemos encontrar muchos elementos dentro de nuestra habitación, pero son cinco los que la definen principalmente: la cama, el cabecero, las mesitas de noche, las lamparitas y el armario. Del resto, como son los elementos secundarios, los tejidos, los colores, las plantas y la decoración, ya hablaremos más adelante.
LA CAMA
Es el elemento al que se le debe prestar más atención ya que de él depende fundamentalmente nuestro descanso. Suele estar compuesta por: una estructura, un somier - muchas veces la propia estructura de la cama lleva incorporada el somier por lo que forman un único elemento - y por el colchón. También existe la opción, como se puede ver mucho últimamente en Pinterest, de colocar el colchón o bien directamente sobre el suelo o bien sobre una estructura improvisada tipo DIY. Lo bueno de estas dos variantes es que, si no acaban de parecerte del todo cómodas, siempre puedes cambiar a una más tradicional sin perder mucho.
Los tamaños más comunes de cama doble son de 135cm y de 150cm, aunque también se ponen de 180cm o dos de 90cm juntas para independizar zonas. Es imprescindible para tomar una buena decisión tener en cuenta el espacio del que disponemos en la habitación además de ir a una tienda especializada y elegir en persona la opción que más se adapte a nuestras necesidades.
Es una pieza que ha ido evolucionando a lo largo de los años. Actualmente se piensa en ella más a la hora de buscar una solución estética que por su funcionalidad, que reside en ejercer de barrera protectora de la pared que se encuentra detrás. Los límites ya no se reducen como antes a las medidas de la cama, si no que se extienden a todo el paño de pared, dando así más protagonismo a esta zona.
Podemos pasar desde el cabezal tradicional que va a conjunto con la cama y/o mesitas, hasta hacer uno tipo DIY que dé un toque especial a la habitación. Si tenemos un dormitorio reducido o complicado de distribuir, podemos optar por darle versatilidad haciéndolo servir también como mueble de almacenamiento, aprovechando así al máximo el espacio del que disponemos. Otra forma de cambiar un poco con la percepción que tenemos de este elemento es hacer un murete a media altura. Esto nos ayuda a tener la sensación de tener un cabecero pero se sale de lo que entendemos como tal, pudiendo aprovechar además para colocar encima todo tipo de objetos – desde fotos hasta plantas- que alegren la vista.
En la modalidad de convertir la propia pared en el cabecero, no entra solo la opción de colgar cuadros o espejos sobre la cama.
Podemos pintar la pared de un color distinto a las demás o con algún motivo especial - ya sea con pintura o con papel - dar un toque diferenciador.
A la hora de decidir cómo actuar, como siempre digo, hay que tener en cuenta dos cosas: qué tenemos y qué necesitamos.
La típica con cajones, el taburete reinventado, la balda ligera en la pared o el banco multiusos son algunas formas de abordar este uso. Hoy en día, todo vale. Desde escaleras donde apoyas las cosas a ganchos en la pared para colgar los libros. Que tu armario es pequeño, pues utilizas los cajones de la mesita de noche para guardar cosas. Que para lo único que la utilizas es para poner el móvil mientras duermes, la balda será tu mejor aliada. Que quieres darle un toque especial a la vez que necesitas apoyar ese libro que siempre tienes a mano para leer por las noches, un taburete puede servirte perfectamente. Ya no hay nada establecido, todo depende de qué necesites y dónde quieras poner los límites.
Prácticamente se utilizan de todos los tipos. Hay que tener en cuenta que no te deslumbren mientras estés leyendo, que no entorpezcan cuando estés sentado, la instalación de la que dispones y que sean fáciles de encender y apagar.
- De mesa
Son las que mejor preparadas están para la lectura pero ocupan un espacio en la mesita en la que están apoyadas.
Te ahorran la instalación por pared – a diferencia de los apliques- pero pueden molestar al estar sentado si no las ubicas correctamente.
Visualmente quedan ordenados y limpios pero se recomienda que sean dirigibles para aprovecharlos al máximo.
Crean un espacio con mucha personalidad pero pueden deslumbrar si no se eligen cuidadosamente.
Una solución innovadora y poco vista pero ocupan un espacio extra a continuación de la mesita.
Tendemos a tener tantas cosas en nuestras casas que cada vez se van añadiendo nuevas formas de almacenamiento.
Desde los altillos donde guardamos el árbol de navidad hasta las camas canapé donde guardamos la ropa de invierno y muchas otras cosas. No entraré en el tema de si tenemos más de lo que necesitamos y de la obsesión de guardar todo “por si acaso”, yo misma culpable de ambas, eso se lo dejo a la fantástica Marie Kondo.
Si que enumeraré los tipos más comunes de almacenamiento en los dormitorios.
El armario siempre ha ganado por goleada, ya sea exento o empotrado.
Y después de todo este rollo que he soltado, ha llegado el momento de ponerlo en práctica. Se trata de hacer la combinación ideal para nuestro dormitorio y así poder sacar el máximo partido de lo que tenemos. No hay una solución perfecta para todos, es necesario encontrar la que mejor funciona para cada caso. Para ver si te animas… ¡Empiezo yo!
Ahora estoy viviendo en un piso de alquiler en el que, además de tener las limitaciones que esto conlleva, los espacios son reducidos. Si tú también estás en un piso de alquiler, no tienes que desanimarte. Con pocos gestos puedes hacer tuyo el espacio, consiguiendo un dormitorio bonito, en el que estés a gusto y que cumpla tus necesidades.
La combinación ideal para mi dormitorio ha sido:
1. Cama de 135cm compuesta por estructura+somier+ colchón - Tenemos la espalda delicada y no podemos permitirnos dormir en el suelo, de ahí esta elección. El tamaño de la cama viene determinado por el espacio que hay en la habitación, no nos cabe una más grande (¡por suerte tampoco la necesitamos!).
2. Cabecero a conjunto - Me gusta leer sentada en la cama por lo que necesito una superficie cómoda y resistente donde apoyarme. No soy de colgar cosas encima de la cabeza en la cama (tengo un miedo irracional a que se me caigan mientras duermo) y las paredes son todas blancas para dar sensación de amplitud ya que el dormitorio es pequeño.
3. Mesitas de noche asimétricas – Debido a la falta de espacio en el armario necesito una mesita de noche con cajones en la que poder guardar la ropa interior. Por suerte, a mi chico le basta con una pequeña balda en la que apoyar el móvil (¡si no nos cabría la cama!)
4. Apliques de pared dirigibles – Es la opción que más cómoda me resulta para leer y teníamos la instalación lista, así que perfecto. De no haber estado la instalación hubiese optado por lámparas con pinzas que cumplen una función similar sin tanto lío. Las lámparas colgantes – pese a encantarme - no eran la mejor opción pues hubiesen reducido el espacio visualmente y no nos interesaba.
5. Armario exento – Armario de suelo a techo que ocupa casi una pared entera. Como ya he comentado tenemos muchas cosas para guardar en el armario así que es la mejor solución para nuestro caso. No nos cabe una cómoda ni con calzador, pero ya me las he apañado para agenciarme un armario en otra habitación de la casa (Ay… ¡quién tuviese un vestidor!)
Y tú, ¿cuál es la combinación ideal para tu dormitorio? Entre todas podemos ayudarnos con ideas y consejos, ¡anímate a dejarla en los comentarios!
Un abrazo y ¡hasta la próxima!
Fuente: este post proviene de Anna & Co, donde puedes consultar el contenido original.
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