Pero también es posible ahorrar haciendo las cosas de otra forma. Veamos cómo:
1. Corredera a la vista.
Quieres colocar una puerta corredera, por razones de espacio. Bien, pero en lugar de poner una con armazón, lo que conlleva realizar una pequeña obra, con los gastos subsiguientes, instala una que se desplace paralela a la pared, mediante una guía de acero. Si quieres ahorrar todavía más, hazla de melamina, en lugar de DM lacado y con carril de aluminio.
2. Pinta de forma estandar.
Si aplicas pintura plástica lisa a las paredes, de un tono ya envasado, puedes ahorrarte hasta un 30% del precio. Es más caro pintar rayas, con un color de una carta, o con pinturas con efectos especiales. No hablamos ya de quitar el gotelé, aunque esto también puedes hacerlo tú mismo.
3. Mamparas económicas.
En general, cuanto menos perfil lleve, más cara resulta, más todavía si no lleva y se sostiene con bisagras. Otras características que la encarecen son el grosor del cristal, si éste lleva serigrafía, si es de medida especial o si la elegimos con una parte fija y puerta. Lo más económico, el metacrilato y las medidas estándar.
4. Suelo sintético.
Tanto los suelos de laminados sintéticos imitando madera, como las baldosas vinílicas, son dos soluciones con una relación calidad-precio muy buena, pues hasta las más baratas suelen dar estupendos resultados. Además, al no tener que quitar el suelo existente, ahorramos mucho en mano de obra.
5. Cambiar los frentes de la cocina.
Si quieres renovar tu cocina sin grandes gastos, una buena solución consiste en cambiar las puertas y frentes de cajones, lo cual no suele representar ninguna dificultad, pues las medidas son estandar. Todavía más económico resulta pintarlos, aunque bastante más engorroso. Puedes hacerlo aplicando un par de capas de esmalte con rodillo, lijando entre ambas.
Si te ha gustado este artículo, te invito a escribir un comentario y/o a compartirlo en tu red social preferida.