Aquí te facilitamos 10 trucos sencillos que deberías poner en práctica para ahorrar energía y estar más a gusto en casa. ¡Toma nota!
1. El ahorro de energía en la vivienda va a depender, siempre, de un correcto aislamiento térmico, imprescindible para conseguir una vivienda más eficiente y mantener una temperatura agradable. La mejor decisión es apostar por ventanas de calidad, evitando pérdidas de temperatura y ahorrando mucho dinero.
2. Aunque en menor medida que las ventanas, las persianas también juegan un papel muy importante. Gracias a ellas bloqueamos los rayos de sol y conseguimos que el calor no entre en casa. Lo fundamental es mantenerlas bajadas, sobre todo, en las horas centrales del día. También, las cortinas aislantes o los toldos son un complemento a tener en cuenta.
3. El ambiente se refresca de madrugada y al caer la noche. Es el momento de subir persianas y abrir las ventanas. Un gesto sencillo para renovar el aire y aprovechar las pequeñas corrientes. Un truco es colgar una toalla mojada en la ventana (sin tapar la entrada de aire), refrescando más y dando humedad al ambiente.
4. La ubicación de una vivienda es determinante a la hora de calificar su eficiencia energética. Si alguna habitación está en orientación sur, lo mejor es mantenerla en penumbra y cerrar la puerta. Con esta medida, que no cuesta nada, lograrás que el calor concentrado no se escape hacia el resto de la casa.
5. Los ventiladores son un gran recurso para bajar unos grados la temperatura con un coste energético muy bajo. Los nuevos modelos, con motores silenciosos, nos permiten dormir con ellos sin ningún tipo de problema. Un truco eficaz es situar frente al ventilador un cuenco con hielos, así conseguirás que la brisa sea más fresca.
6. En verano, es el momento de guardar las alfombras, los cojines de tonos oscuros y las cortinas pesadas. Los colores y las texturas juegan un papel esencial en nuestras emociones y la presencia de los elementos anteriormente citados hace que la sensación de calor aumente.
7. Apuesta por fibras orgánicas naturales, como el lino o el algodón, que permiten una mejor transpiración. Las sábanas de estos materiales consiguen que tengamos menos calor en la cama que con otros tejidos sintéticos. También, puedes recubrir el sofá con un plaid, especialmente si es de piel o polipiel.
8. Los días en verano son muy largos, por lo que es fácil aprovechar la luz natural y no recurrir a las luces hasta muy tarde. No solo ahorrarás dinero, sino que las luces encendidas son una importante fuente de calor. En la medida de lo posible, mantén los electrodomésticos apagados y prescinde del horno hasta otoño.
9. Aunque parezca una obviedad, mantenerte hidratado y beber agua con más frecuencia te ayudará a sentirte mejor. Es un buen momento para probar recetas frescas, como el tradicional gazpacho o las aguas con sabor (solo con unas rodajas de pepino vas a notar la diferencia).
10. Cerramos con un truco para tener una sensación de frescor al instante. ¿Sabes qué es muy efectivo? Sumergir los pies en agua. Si no cuentas con una piscina, puedes poner un barreño junto al sofá y meter los pies mientras ves la televisión o lees un libro.
Desde Vivienda Saludable esperamos que tengas un verano muy feliz. Recuerda que, si no cuentas con ventanas de calidad y un aislamiento térmico eficiente, todas estas medidas serán en vano. Al contrario, perderás mucho dinero en la factura de la luz por el uso indiscriminado del aire acondicionado y la casa nunca estará a la temperatura ideal.