Con esta idea como base empecé a buscar en Internet inspiración. Encontré muchísimas ideas. Entre ellas, la que más me gustó fue la de María, blogger de Decor&me, para la habitación de su hija Luna: un mural precisamente de color gris con troncos de árboles blancos con un estilo muy muy nórdico. Y como me gustó tanto, me envalentoné y allá que cogí escaleras y pintura para ponerme manos a la obra. He de decir que es cierto que no es difícil y eso, teniendo en cuenta que lo hice estando ya de algo más de 7 meses de embarazo (no sé como no rodé escaleras abajo cual bolita de nieve). También es cierto que mi marido puso el grito en el cielo cuando llegó a casa y me vio ahí subida (no serían más de tres escalones) pero claro, con monumental barrigón que yo lucía la verdad es que la escena se retrataba más dramática de lo que en realidad era. Así que él me ayudó a terminar con las ramas más altas.
Los pasos que seguí los tenéis perfectamente explicados en su blog aquí. Lo único que puedo aportar es que, en mi caso, dibujé un boceto en mi cuaderno, para hacerme una idea de cuántos árboles quería poner, y la inclinación orientativa de cada tronco. Por otro lado, yo no corté la cinta de carrocero tal y como hizo María para dar un aspecto irregular a los troncos. Los dejé con corte recto.
Y este es el resultado:
Como puedes ver en las fotos, una vez que se secó la pintura coloqué unos vinilos de casitas de pájaros y pajaritos de colores, para darle un poco más de vida al ambiente y recrear un ambiente más juvenil.
¿Qué te ha parecido? Espero que te guste. Si tienes alguna duda, puedes plantearla en los comentarios.
Chaíto!!
Vanessa
PD: Siento la pésima calidad de las imágenes, las hice con mi antiguo móvil. Sorryyyyyy