De este modo, ¿qué aspectos debemos tener en cuenta a la hora de decorar el cuarto de los niños? Aquí las resumimos en dos puntos clave:
1 Muebles resistentes: Los niños tienen una energía difícil de seguir, y su dormitorio va a ser escenario de sus juegos y aventuras. Por esa razón, es mejor invertir un poco más en muebles robustos, que aguanten golpes y arañazos y, además, que sean fáciles de limpiar y mantener. La idea es conseguir un mobiliario práctico y duradero, que podamos mantener durante años, cambiando simplemente el resto de detalles: el color de las paredes, los adornos, los textiles...
Y, hablando de los textiles, tanto las cortinas como la ropa de cama deben ser, preferiblemente, de tejidos de calidad, con texturas agradables y fáciles de lavar.
2 Crear espacios prácticos y versátiles. Es importante que la decoración y distribución del dormitorio se adapte a las necesidades del pequeño. Por esa razón, los muebles de uso diario deben estar a su altura, de forma que pueda abrir y cerrar él solo armarios y cajones para recoger. De hecho, esto es fundamental para ir reforzando su autonomía y motivar en él la dinámica de recoger y mantener su cuarto ordenado.
Además, desde el punto de vista de los estudios, es fundamental crear un espacio adaptado, de forma que tenga a su alcance todos lo necesario, con una buena iluminación, una silla cómoda y el menor número de distracciones. Para ello, es importante separar el área de juegos de la del estudio.
Por todo ello, la habitación de los niños debe ser versátil, ya que pasará mucho tiempo dentro de la misma realizando diferentes actividades: jugar, dormir, estudiar... Así, aunque no tengamos mucho sitio, hay que buscar la forma de diferenciar y definir las diferentes zonas, empleando el mobiliario adecuado: un baúl para los juguetes, una estantería para los libros junto al escritorio, una mesilla para la luz de noche...
Aquí podréis encontrar más ideas y consejos para vuestro hogar...