Gracias a la domótica, puedes conseguir una casa inteligente que te haga la vida más fácil y cómoda, y te ayude a ahorrar. Descubre todas las ventajas de las redes domóticas y cómo puedes incorporarlas en tu casa y tu vida diaria.
Seguramente pienses que los sistemas domóticos son algo demasiado complejo y que tienen precios desorbitados. Si piensas así, déjame decirte que no estás en lo cierto. Hay determinados mecanismos domóticos que te ayudan considerablemente y para los que no se requiere una gran inversión.
Y es que la domótica no tiene por qué ser algo complicado de usar. Más bien al contrario, lo que pretende es hacerte la vida más sencilla, ofreciéndote una casa inteligente, más cómoda y fácil de vivir.
Cómo ha de ser la casa inteligente
Pues bien, la realidad no es tan diferente de esta visión. Puede que la casa inteligente real no lo haga todos sola. Seguramente tengamos que darle las instrucciones para que pueda controlar todos esos aspectos (mediante la domótica), pero al final lo hará de forma casi intuitiva.
Controlar la iluminación
También puedes instalar sensores de presencia, que enciendan las luces al detectar el movimiento o la presencia de alguien. Así no se quedarán luces encendidas de forma innecesaria y podrás ahorrar bastante en electricidad.
Otra idea es controlar las lámparas y las bombillas LED mediante aplicaciones que se manejan desde el móvil.
Y es que el ahorro es una de las principales razones por las que merece la pena instalar un sistema domótico en casa. Los expertos dicen que, conectando diferentes funciones a una red domótica, se puede ahorrar hasta un 30% de la energía consumida. ¿Qué te parece? Es para planteárselo muy en serio, ¿verdad?
Los toldos y las persianas
Este es otro de los apartados en los que la domótica puede ayudarte para conseguir una casa inteligente. Solo tienes que motorizar persianas y toldos y programarlos para lograr que se adapten a tus rutinas. Incluso puedes programar los estores para que se plieguen o desplieguen cuando tú quieras.
Ni calor ni frío
Hay veces que, debido a un exceso de aire acondicionado o de calefacción, tenemos que abrigarnos en verano dentro de casa o estar en manga corta en pleno invierno. Esto es un error que, además, incrementará tu consumo energético de forma considerable y, por tanto, tus facturas.
Pues bien, la domótica puede ayudarte, y mucho, a tener una casa inteligente desde el punto de vista de la temperatura. Para empezar, recuerda que la calefacción no ha de ponerse a más de 20 o 21º en invierno, y el aire acondicionado no ha de bajar de 26º en verano.
Instala termostatos digitales y cronotermostatos que te ayuden a mantener la temperatura ideal en casa. Has de ponerlos en los lugares adecuados, a unos 150 cm de altura, y lejos de fuentes de calor y corrientes de aire. Así funcionarán de forma correcta.
Ahora ya solo tienes que programar tu calefacción (o tu aire acondicionado) según las horas en las que usas, la temperatura que haya en el exterior, etc. Y ten en cuenta que, en la casa inteligente, cada habitación se controla de forma separada (en lo que se refiere a la temperatura) ya que no todos los espacios se utilizan de la misma manera. Así se controla mucho mejor el consumo de energía.
Controla el funcionamiento de tus electrodomésticos
Además, la domótica te permite ponerlos en marcha sin estar en casa (lo que te ayuda a aprovechar las tarifas eléctricas más ventajosas, entre otras cosas).
Después de todos estos datos, no hay razones para que no disfrutes las ventajas de utilizar un sistema domótico y lograr una casa inteligente, ¿no crees?
Puedes leer la entrada original y completa en de la revista online Decoración 2.0.