La zona en la que se encuentra esta bonita casa de piedra de más de 100 años de antigüedad es idónea para practicar deportes como la pesca y la caza, o disfrutar de las rutas de senderismo existentes, tanto del lado gallego como del asturiano. Esta construcción, que había pertenecido a la familia política de Alicia, se ha rehabilitado. Ahora la forman pequeños apartamentos individuales en los que disfrutar del paisaje, de las vistas y de la tranquilidad de un lugar en el que, literalmente, sólo es necesario estirar los brazos para rozar con la punta de los dedos el cielo.
El espacio se ha aprovechado de forma óptima. Las cocinas son un ejemplo de ello, ya que la madera oscura encaja a la perfección. Lo natural se aprovecha para decorar cualquier rincón de la casa. Esta cesta de mimbre llena de verduras, frutas y vegetales se coloca sobre las mesas de los apartamentos a modo de recibimiento.
Los muebles del comedor son plenamente rústicos. Las vigas vistas dan a la estancia un aire ornamental muy acogedor que recuerda los refugios de montaña. Pero no todas las cocinas son iguales. En algunas se han aprovechado los rincones con fines estéticos además de prácticos, como es el caso de esta estantería rematada con puntillas.
Todos los apartamentos tienen pequeñas pero acogedoras cocinas comedor en las que se ha integrado también la chimenea. Su calor torna la estancia muy cálida y confortable. Dependiendo de la habitación, las chimeneas de ladrillo visto, se han pintado de algún color atractivo, para que lo tradicional y lo alegre se entremezclen.
Hay estancias que cuentan con una pequeña balconada de madera. La que muestra esta foto pertenece a una habitación situada en la planta de arriba del apartamento. Otros rincones conservan piezas de mobiliario con verdadera solera. En la siguiente imagen vemos una cómoda con su marquetería restaurada luciendo como nueva.
Las habitaciones de ‘A casa do Cabo’ poseen muebles antiguos restaurados íntegramente por sus dueños, por eso resulta muy difícil encontrar piezas iguales en la casa. Las colchas de croché de colores dan un toque de alegría a las alcobas. No hay que dejar pasar pequeños detalles como la máquina de coser antigua sobre el armario.
Los cabeceros obedecen a un amplio surtido. Han llegado de lugares diferentes a las mesillas que acompañan. Lo que tienen en común es que son todos de madera maciza. Por otro lado, aquellos apartamentos distribuidos en una sola planta emplean como separador de ambientes una barandilla: las zonas de descanso y tertulia quedan delimitadas.
Las salitas de los apartamentos más grandes están formadas por mesas y sillas rústicas. En la parte de atrás, vemos unos pequeños sofás junto con una mesita baja de madera. Dichos sofás son en realidad bancos combinados con cojines de varios tonos. Una mesa camilla con un antiguo tapete de ganchillo y una lamparita completa el conjunto.
Los habitáculos de una sola planta conservan la altura original del edificio. De ahí que se haya respetado la techumbre original y se hayan restaurado las vigas de madera. En muchos apartamentos, una escalera de caracol da acceso a la parte de arriba del piso, donde se sitúan los dormitorios. La forja en color oscuro de la baranda es fantástica.
Todas las paredes son de la piedra que cubría la casa antaño. Se ha llevado a cabo una labor exhaustiva de limpieza y se ha revisado la perfilería de las ventanas. Aunque los cerramientos de los cuartos son nuevos, se ha recurrido a la madera oscura y a contraventanas estrechas, respetando el vano original de la construcción.
En algunos diseños influyen temas tradicionales, como esta luminaria, que recuerda las piedras que se usaban en los hórreos para evitar que los ratones treparan a por los alimentos. Asimismo, muchos de estos ejemplos artesanales están decorados con tallas de símbolos célticos conocidos con el nombre de trisqueles.
Las lámparas de ‘A Casa do Cabo’ son todas distintas, muy peculiares y encajan perfectamente con el estilo de decoración que Alicia ha querido para ellas. No hay más que fijarse en estos soportes de porcelana para el baño o estos apliques de madera que se han colocado junto al cabecero para la lectura nocturna.
Uno de los artífices de tanta originalidad lumínica es el hermano de Alicia, que ha diseñado muchas de las lámparas presentes en esta casa rural, especialmente aquellas que están hechas de pizarra. Dependiendo del lugar, se hacen con una o más bombillas. En estas imágenes vemos el modelo individual y una plantilla triple.
El hermano de Alicia también firma algunos cuadros, como éste de la Virgen y el Niño. La pasión por el detalle no cesa: las cestas que antiguamente se usaban para las labores domésticas o para traer y llevar vegetales, ahora forman parte de la decoración. Llenas de flores secas o hierbas aromáticas inundan los rincones de la casa.
Otros aperos de labranza, como estas horquillas que se usaban para juntar la hierba en la cosecha, también cuelgan de las paredes. Hasta el más mínimo detalle ha sido calculado para mantener el aire rural. La forja y la madera son dos de los materiales más utilizados, como demuestran los soportes para las televisiones.
Si nos esforzamos en la búsqueda de complementos, es posible que nos topemos con descubrimientos fantásticos. Uno de los objetos que más llama la atención es el sistema que sujeta las contraventanas: dependiendo de la posición en que se coloquen, podremos ver el perfil de una mujer o el de un hombre.
Al lado de las escaleras de cada apartamento, una vistosa barandilla con barrotes de madera actúa de pasamanos. Los troncos ocultan sus engranajes para ser aún más rurales. El entorno de ‘A Casa do Cabo’, rodeado de naturaleza y aire puro, invita a disfrutar del exterior, por eso se han colocado varias mesas y bancos.
Para la elaboración de los conjuntos que animan a descansar al aire libre, se han empleado los materiales que han servido para la restauración de la casa, es decir, las piedras de los muros y la madera, que conserva la forma de tronco. Estos rincones le dan la posibilidad al visitante de experimentar una comunión total con el entorno.
Si en el interior se han reutilizado muchos objetos antiguos, lo mismo sucede con los exteriores. Este pequeño pote de hierro fundido se ha reciclado y ejerce de macetero. Los accesos a los apartamentos están llenos de color gracias a las flores que Alicia ha colocado en las escaleras de acceso.