“Inspirado por el darwinismo” el Restaurante Hueso está diseñado a partir de más de 10.000 huesos de animales que revisten las paredes como si se tratara de una segunda piel: total y absolutamente pintado de color blanco, sorprende por la curiosidad que transmite a todos y cada uno de los comensales que disfrutan de un delicioso ágape en el excéntrico local
Descubrimos el singular espacio en el distrito del diseño, en el barrio de Lafayette de la ciudad mejicana. La casa donde se aloja el restaurante es un edificio modernista reformado con energía y rigor.
Diseño y gastronomía de alta costura
Como si una instalación de arte contemporáneo se tratase, observar detalladamente las piezas individuales creadas en el interior del amasijo de objetos inmaculadamente blanqueados descubrimos complicados dibujos científicos, cuchillos de carnicero y otros utensilios de cocina que aparecen entre la multitud de huesos. Una decoración aparentemente macabra, tan sólo aparente. La frescura neutral de la naturaleza orgánica, los troncos y ramas, y, en definitiva, la llegada de los comensales, sus conversaciones distendidas y todo aquello que en el Restaurante Hueso se ofrece convierten el lugar en un espacio relajado y acogedor.
Los exteriores del restaurante son dignos de mención: la fachada se encuentra revestida de azulejos de cerámica de color blanco, hechos a mano, diseñados por José Noé Suro, inspirado en los patrones que recuerdan puntadas de costura.
Tan sólo hace dos meses que se inauguró el fabuloso local, a pesar de ello, de su juventud, su reputación es ya reconocida internacionalmente. Diseño original, portentoso y colosal. La fusión perfecta entre diseño, arquitectura y gastronomía de alta calidad.
Fotografía de Jaime Navarro, cortesía de Cadena + Asociados
Visto en: Yatzer
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