Pero no me enrollo más, ¡y al lío! Esta vez toca enseñar el baño, y aunque os enseñé la renovación que hice para convertir una segunda cocina en este baño rústico, ahora puedo enseñaros el baño más ‘vivido’, con espacios de almacenaje y algunos detalles DIY que hice.
Pasad, pasad, que os cuento los cambios… Le puse esta preciosa puerta que compré en una empresa de materiales de derribo, porque me encantan las puertas con historia.
Con trozos de las traviesas recuperadas que usamos para el lavabo hice un portarrollos con picaportes de puertas antiguos sujetando los rollos de papel, y puse un reloj que hizo mi padre con una piedra de pizarra (no sé vosotros, pero yo si no tengo un reloj en el baño pierdo la noción y llego tarde a todos los sitios!!, jajajaja)
Pusimos unas traciesas a modo de murete donde terminaba la ducha, y aprovechamos a crear un doble espacio de almacenaje, con ganchos por dentro para colgar ‘utensilios’ de ducha, y unas baldas que hicimos a medida por el otro, para guardar todos los demás cachivaches, que en mi caso confieso que son bastantes… Y un perchero rama que hace las veces de toallero y permite que se sequen pronto las toallas.
Os enseño el detalle de los ganchitos para cosas de ducha, ¡que hicimos con el sistema de ganchos para cocina de Ikea!
Pero quizás lo que más me gusta del baño es el lavabo doble… Lo hicimos con traviesas de madera y lavabos de cerámica de sobreponer, y debajo nos permitía tener el cubo de la ropa sucia y una cestita con recambios de los rollos de papel higiénico.
Y le añadimos una luces sencillas en blanco sobre el espejo rústico, ¡muy necesarias para cuando te tienes que maquillar! Jejeje
¡Y este es el baño! ¿Qué os parece? ¿Os gusta?
Fuente: este post proviene de Furnit-u, donde puedes consultar el contenido original.
¿Vulnera este post tus derechos? Pincha aquí.
Creado:
