Sabías que los hombres prehistóricos ya hicieron los primeros diseños de papel pintado

Es cierto que a los hombres prehistóricos los separan muchos siglos de la tecnología que hizo posible la invención del papel pintado. E incluso de la vida sedentaria que favoreció la aparición de poblados estables y, con ellos, de las primeras casas hechas con intención de que perdurasen. Solemos imaginar a nuestros primeros antepasados como hombres rudos y un poco salvajes, bastante alejados del refinamiento y la sofisticación con la que nos miramos hoy en día. Y aunque una parte de esa visión pueda ser acertada, cuando nos adentramos en una de las cuevas donde se han encontrado muestras de arte rupestre, otra parte de esa visión queda rota.

Ya hablemos de Altamira, uno de los grandes descubrimientos del arte paleolítico español, de Lascaux o de la caverna Indonesia donde, en el 2019, se descubrió una escena de caza de más de 4 metros de largo pintada hace 43.900 años que se considera la primera conocida, observar aún hoy las primeras pinturas rupestres resulta una experiencia sobrecogedora. Una experiencia que nos obliga a replantearnos muchas cosas. Y a no poder ignorar en nuestros ancestros una sutileza, una capacidad de observación y unas dotes artísticas que nos hacen no sentirlos tan lejanos.

Y es que, aunque la interpretación y la intención con la que los hombres paleolíticos pintaron estas obras no está clara (existen muchas teorías al respecto), lo que es innegable es su capacidad para valorar la belleza y su anhelo de plasmarla. Los hombres prehistóricos adornaban sus cuerpos con conchas, cuentas y pequeñas esculturas, seguramente también los pintaban. Las paredes de las cuevas demuestran que también adornaban los espacios que utilizaban para resguardarse. Y eso es algo que continuamos haciendo hoy en día.

El papel pintado fue inventado en China mucho tiempo después. Hacia el 200 a.C. pegaban el papel de arroz en las paredes. Pero sería un oficial de la corte China, llamado Tsai Lun quien en el 105 d.C. inventó la fabricación del papel pintado a partir de los restos de tela dando origen al papel tal como lo conocemos hoy.

En el s. VIII, los árabes conocerían el papel a partir de su contacto con los chinos. Ellos mejoraron la fórmula de fabricación del papel pintado sustituyendo las fibras de bambú y madera por las de lino. Y, a la par que se expandían por el mundo, iban haciendo lo propio con sus descubrimientos. De este modo, en el s. XII, el papel pintado llegó a Europa, donde mayormente se empleó en la representación de imágenes religiosas.

Y es que en Europa, la costumbre de adornar las paredes con tapices, alfombras o cuadros ya venía de los antiguos romanos. La finalidad era doble, dar un aspecto de lujo y proteger del frío. Era, algo que solo se podían permitir las clases más pudientes, y aun así era caro.

Así que cuando llegó el papel, fue sustituyendo a los tapices. En el s. XVI en Francia, ya se fabricaba un papel pintado de calidad; se colocaba encolando la pared y los diseños tenían un claro efecto artístico. Diferentes tipos de diseños, dibujos y decoraciones se fueron sucediendo en el tiempo marcando modas. Por ejemplo, hacia el 1680 se puso de moda el llamado “papel de la India”, caracterizado por los colores brillantes y por incluir motivos de pájaros exóticos, aves y flores.

Los franceses y los ingleses eran los dueños de los mayores negocios de papel pintado. Y en el 1839, en Lancashire se patentó la primera máquina que fijaba los dibujos sobre algodón. A mediados del s. XIX la industrialización posibilitó que el papel bajase mucho de precio, con lo que comenzó su proceso de democratización.

Y es que, la búsqueda y la apreciación de la belleza es algo que hemos heredado de nuestros antepasados prehistóricos, como puedes comprobar en la variedad de diseños de nuestro catálogo de papeles pintados.