Las consignas eran las mismas que para el mueble, pues ambos forman pareja decorativa en la entrada de la vivienda. Así que pintamos en blanco roto, previa protección del dibujo, claro está...
..., y envejecimos con lija y la misma mezcla de cera con betún de judea.
Insistimos más en la zona craquelada, para acentuarla, y así seguir manteniendo la estética inicial del marco.
Y este es el resultado final. Lo cierto es que la pintura ha cobrado vida enmarcada en un color más claro.
¿No os parece?. Aquí podéis ver el conjunto terminado, que ya está en casa de Cristina y Eduardo.
Y que han tenido la deferencia de enviarnos una foto de su casa, con nuestro trabajo luciendo en todo su esplendor. ¡Qué satisfacción y tranquilidad saber que les ha gustado!
Pues con esta sensación de alegría, encaramos el fin de semana que, deseamos, sea estupendo para todos.
¡FELIZ FIN DE SEMANA!