Ser madre autónoma (y no morir en el intento)



De aquí a 2 meses nacerá mi segunda hija. Éste está siendo un embarazo muy diferente al anterior, principalmente porque no estoy pudiendo pensar demasiado en él. Y es que ocuparse de un pequeño negocio y ser madre de una niña de 3 años, focalizan mi día a día de tal modo que todo lo demás pasa a un segundo plano. Afortunadamente, me he ido encontrando bastante bien desde el principio pero ha llegado un punto en que creo que ya va siendo hora de bajar el ritmo y prepararme para la llegada de Uma. A veces me siento un poco culpable por ello, por no haberle dedicado más atención, pero la tienda para mí, es como si fuese otro hijo, así que también me gusta cuidarlo, pero claro, cuando aparecen los dolores de espalda, y ya te sientes más pesada y cansada, te das cuenta de que ha llegado el momento de parar.

Así que a partir del martes 6 de marzo, estrenamos nuevo horario en la tienda física. Abriremos sólo por las tardes entre semana, de 17h a 20h, de martes a viernes. Y el sábado, seguiremos con el horario habitual, de 10h a 13.30h y de 17h a 20.30h.

Ya desde que acabó la campaña navideña, a principios de enero, me he centrado en preparar un plan para compatibilizar mi pequeño negocio con mi nueva maternidad, y aunque ese plan no es algo inamovible y definitivo -soy consciente de que hay cosas que no se pueden controlar y prever al milímetro-, sí que ya he trazado mi hoja de ruta.



Antes de decidir qué hacer, me asesoré y me informé en la Seguridad Social sobre qué derechos tenía cómo autónoma, sobre todo en lo que respecta a la baja maternal. Actualmente, el estado te otorga una prestación durante 16 semanas, con un importe que se calcula en base a los que has cotizado los 6 meses antes a cogerte dicha baja. Pagando el mínimo de cuota de autónomos, te corresponden poco más de 900 euros mensuales. Después de meditarlo mucho y de valorar pros y contras, he tomado la decisión de hacer 6 semanas de baja, que es el mínimo al que se está obligado, y después incorporarme media jornada, y cobrar la mitad de la prestación. ¿Y eso cómo se va a traducir? Pues que la tienda física y on-line va a estar cerrada durante mis 6 semanas de baja, algo que me va a permitir centrarme plenamente en mi hija y en mi recuperación durante el periodo de puerperio. La opción de contratar a otra persona que se hicera cargo de la tienda durante mi baja implicaba, además del gasto económico que ahora mismo no me puedo permitir, no desconectar de la tienda, y por consiguiente, seguir trabajando. Y siendo sincera, el cuerpo me pide hacer este pequeño parón. Cuando tienes un proyecto tan personal como el mío, se me hace muy difícil delegarlo todo en alguien, y más cuando no tienes a nadie de confianza que esté disponible para sustituirte.

Y después de esas 6 semanas de baja, volveremos a abrir en horario reducido, sólo por las tardes, hasta que finalice mi baja. Y claro, el bebé se vendrá conmigo a la tienda, de la misma manera que Gala, mi otra hija, también está aquí conmigo muchas tardes. Estoy valorando la opción de tener a alguien en prácticas que me eche una mano cuando me reincorpore, pero eso es algo que decidiré un poco sobre la marcha. A ver qué tal se nos da al principio.

Y éste es mi plan. No sé si será la mejor opción, pero es la que he elegido. ¿Alguna madre autónoma más en la sala? Me encantaría conocer vuestras experiencias.

* Os recomiendo muy mucho este post del blog de Gemma Fillol.

** las imágenes corresponden a una sesión fotográfica que me hice cuando estaba embarazada de Gala, en noviembre de 2014.

Fuente: este post proviene de Toc Toc Vintage, donde puedes consultar el contenido original.
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