Independientemente de lo que nos está tocando vivir estos días a causa de la pandemia del coronavirus, ya hace tiempo que empecé a darme cuenta de la importancia de crear un hogar y de esforzarme en sentirme feliz en mi guarida. Supongo que por eso también abrí la tienda, y la llené de objetos que ayudaran a las personas a ser más felices también en sus casas. Y ahora siento más que nunca que ese cambio de rumbo profesional y personal que tomé hace casi 8 años tiene todo el sentido del mundo.
No sé cómo va a afectar a nuestras vidas esta crisis sanitaria, creo que ni los expertos pueden medir el alcance real que va a tener en nuestra sociedad. Estamos ante algo desconocido, y eso inevitablemente, asusta. Pero dejadme que os diga que no quiero malgastar ni una gota de energía en pensar en las consecuencias futuras de esta especie de película apocalíptica en la que nos encontramos. Mi prioridad es la salud y vivir al día, intentando mantener la calma y la serenidad, y sintiéndome afortunada por poder estar a salvo y feliz en mi casa.
Estos días de confinamiento no estamos estableciendo ningún tipo de rutina. Nos levantamos por la mañana y sobre la marcha decidimos qué vamos a hacer para mantenernos ocupados y que las niñas estén contentas y tranquilas. Gran parte del tiempo estamos preparando algo para comer en la cocina, ordenando, limpiando, hacemos alguna actividad física, leemos, pintamos, jugamos, vemos alguna serie o película… En definitiva, disfrutamos de pasar tiempo juntos todo el día, algo que con nuestros trabajos, sólo podíamos hacer a ratos entre semana o los domingos. Me gusta pensar que todo tiene un lado positivo y yo me aferro a eso para estar lo más animada posible.
Realmente me siento agradecida. Estoy convencida de que toda esta situación nos va a unir más como familia y va a enseñarnos muchas cosas buenas. Mucho ánimo y sobretodo, sed responsables.