En una de mis tardes buscando un nuevo proyecto me encontré con esta silla que necesitaba un poquito de cariño. Me gustaba mucho la forma que tenía y con una tapicería nueva, sabía que se modernizaría. Y así fue. Pinté la silla con Old White de Annie Sloan, sin lijar y directamente sobre la madera. Para quedarme tranquila, le di un par de pasadas y luego, la cera para sellar el acabado.
Encontré una funda de cojín que me gustaba mucho y, por una de esas casualidades, tenía casi, casi el mismo tamaño que el asiento. Con un poco de maña (y también fuerza) conseguí meter el asiento en la funda con una capa de espuma para hacerlo más cómodo. No quité el terciopelo verde ya que tenía miedo de que se me desmontara la silla y luego no pudiera recomponerla. Tuve la oportunidad de estrenar la grapadora eléctrica para tensar la tela y que no se moviera y, oye, genial… con ganas de volver a utilizarla ya.
Como veis, es un proyecto relativamente sencillo que le da una segunda vida a una pieza que se utiliza todos los días. De hecho, esta silla no la he vendido. La tengo en el dormitorio y es estupenda para dejar la ropa por la noche… y recordarme que tengo que guardarla al día siguiente.
Chair with sixties finish
In one of my afternoons looking for a new project, I found this chair that needed a little bit of TLC. I liked its shape and I knew that with a new finish and upholstery, it would look more modern. And so it did. I painted the chair with Annie Sloan’s Old White, without previously sanding it and applying the paint directly on the wood. To rest assured, I gave it a couple of coats and then the wax to seal the paint.
I found a cushion cover that I really liked and, by chance, it was nearly the same size as the seat. With some skill (and some strength too) I managed to introduce the seat in the cover with some foam in order to make it more comfortable. I did not remove the green velvet as I was scared that the chair would fall into pieces and I would not be able to put it together again. I had the opportunity to use my electronic stapler for the first time to hold the material in place and… it was great! I am looking forward to using it again very soon.
As you can see, it is a relatively easy project that gives an everyday item a second life. In fact, I have not sold this chair. It is in my bedroom and it is great to leave my clothes on it at night… and to remind me that I need to put them away the following morning.
Lirios