El verano es la mejor época para hacer trabajos de mantenimiento en casa, y seguro que después de tanto tiempo confinados y con los niños todo el día sin salir, los pavimentos necesitan un buen repaso. La restauración de los suelos de madera suelen realizarse cada 10-15 años más o menos, aunque todo depende del uso y el desgaste que se les haya dado.
La pregunta es: ¿cuál es el acabado más adecuado para nutrirlos y dejar tus suelos de madera como nuevos? Si se trata de un parqué o de una tarima, el acabado más usual para proteger y embellecer el material es el barniz. Te contamos todo lo que debes saber antes de ponerte manos a la obra.
Suelos de madera como nuevos: acabados para parqué o tarima
El parqué multicapa es el de uso más frecuente. Se llama así porque está formado por varias capas, con un grosor total de 16 a 21 mm, aunque solo la parte superior es de madera noble. El soporte está formado por maderas más blandas, por DM y aglomerados.
Todos estos tipos de suelos admiten el lijado, incluso varias veces. Lograrás dejar los suelos de madera como nuevos con un acuchillado profesional de la capa superior del pavimento. Este proces elimina la suciedad, los desniveles, etc. Después bastará con aplicar una nueva capa de acabado… ¡y listo!
Barnizados, los distintos tipos de productos
Urea Formol. Se utiliza cada vez menos, porque es una solución de escasa calidad. Su resistencia al desgaste, humedad, grasa, etc. es muy baja y además el olor es fuerte e irritante y tóxico. Es el barniz de precio más asequible, pero poco recomendable.
Poliuretano al disolvente. Es muy resistente, aunque también huele mucho y con el tiempo amarillea. Aporta al parqué gran brillo, y también se puede obtener el acabado satinado o mate utilizando sílices o ceras. Después de aplicarlo hay que ventilar bien, ya que el olor tarda unos días en desaparecer por completo.
Barniz al agua (poliuretano al agua). Son productos de base acuosa, mucho menos tóxicos que los anteriormente descritos. Para que queden bien, hay que dar varias capas, ya que la película que forma es fina. Su aplicación no modifica el tono de la madera, ni huele apenas o presenta el inconveniente de tener que esperar un tiempo antes de utilizar de nuevo la habitación. Son duros y resistentes: apenas se cuartean o descascarillan y sus fórmulas son respetuosas con el medio ambiente. Por todas estas características, este tipo de barniz es muy indicado para suelos de madera. También es un barniz más caro, pero merece la pena.
Barnices oleouretánicos. Con base aceite, que penetra en el poro y ofrece una excelente protección frente al agua y al sol. Estos barnices nutren a fondo la madera y proporcionan un aspecto muy natural y sedoso. El único inconveniente es que necesitan mantenimiento cada cierto tiempo, o sea, volver a aplicarlos de forma regular para que los suelos se mantengan como nuevos.
Acabados: mate, brillo o satinado
El barniz brillante ofrece un acabado potente y muy bonito, refuerza los colores y los objetos y muebles se reflejan en él… pero también resalta cualquier imperfección.
Los acabados mates carecen de brillo y no reflejan la luz, pero son mucho más discretos y disimulan manchas y suciead.
Por último, los satinados son semibrillantes y quedan muy vistosos. Realzan la belleza de la madera y el veteado, sin que por ello resulten excesivos. Son los más empleados en la actualidad, aunque en ocasiones pueden oscurecer el tono final del pavimento.
Algunos consejos prácticos
No se deben mezclar distintos tipos de barniz, una solución que abarata costes pero que no queda todo lo bien que sería deseable.
Baniza con las ventanas cerradas y selladas, y al acabar también es importante cerrar herméticamente la puerta con el fin de evitar corrientes de aire que puedan llevar suciedad mientras se está secando el barniz.
Fuente: este post proviene de Decoración 2.0, donde puedes consultar el contenido original.
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