Los suelos de madera son todo un clásico. Un elemento estrella en cuestión de pavimentos que se mantiene vigente por mucho tiempo que pase. Y no es extraño, puesto que, además de belleza, aportan una gran calidez a los ambientes. Personalmente, elegir suelos de madera para una casa me parece incuestionable. Sin embargo, también tienen sus desventajas. Hoy vamos a tratar de analizar sus pros y sus contras. ¡Sigue leyendo!
Además de bellos, naturales y auténticos, son cálidos y acogedores. Por todo ello elegir suelos de madera se ha convertido en algo muy habitual, tanto en casas de nueva construcción como en reformas totales de viviendas más antiguas.
La madera en los pavimentos aporta un valor extra a cualquier casa y, si los tratas con mimo y les otorgas los cuidados que necesitan, pueden tener una larga vida útil. ¿Quieres conocer todas las claves para elegir suelos de madera? Hoy vamos a hablar de sus ventajas y de sus inconvenientes, para que puedas hacer tu propia valoración y decidir con conocimiento de causa.
Elegir suelos de madera: las ventajas
Una de las máximas cualidades que tienen los pavimentos de madera, desde la óptica del interiorismo, es que son capaces de crear ambiente como ningún otro material. Su apariencia natural, su calidez, su tacto agradable… Todos estos factores consiguen que los suelos de madera se conviertan en el elemento número 1 para crear espacios cómodos y acogedores.
Además, encajan a las mil maravillas con cualquier estilo decorativo. Sí es cierto que, en función del tono de la madera, del tamaño de las lamas o de la forma de colocación, pueden resultar más o menos clásicos o modernos. Sin embargo, elegir suelos de madera es una buena idea sea cual sea nuestro estilo decorativo. ¡No nos equivocaremos!
Por otra parte, la madera es un material aislante, lo cual es una ventaja si, por ejemplo, te gusta andar descalzo por la casa. Ese tacto cálido y agradable es una de sus mayores virtudes. Por mucho que otros materiales imiten la bella apariencia de la madera, difícilmente podrán igualar su tacto especial.
Entre sus otras ventajas, está su larga duración (no son tan delicados como crees), su capacidad aislante a nivel acústico, y también el hecho de ser adecuados para personas con alergias y asma, ya que no acumulan ácaros ni alérgenos.
Desventajas a tener en cuenta
En general, yo creo que pesan más las ventajas que los inconvenientes a la hora de elegir suelos de madera. Pero siempre conviene pensar en los contras que presente este tipo de pavimentos, para no llevarnos sorpresas desagradables con las que no habíamos contado.
Una de las desventajas que tiene la madera en relación a otros materiales para suelos es su alto precio. Por ejemplo, si quieres instalar parqué en toda la casa, necesitarás invertir una importante cantidad de dinero. Aunque también es cierto que hay una diversidad de precios, y que puedes optar por modelos más económicos.
También se suele creer que los suelos de madera son delicados. Y así es… en cierto modo. Aunque existen maderas muy duras y resistentes, no todas son iguales. Existe una escala (la escala de Brinell) que clasifica los diferentes tipos de madera según su dureza. Según dicha escala, la madera de jatoba es la más dura para suelos (aunque eso también dispara su precio). Existen varias maderas de dureza media que son las que se suelen utilizar para suelos: el roble, el arce o el wengué.
Y también influye en lo resistente que sea nuestro suelo el acabado que le demos a la madera. Siempre es posible elegir suelos de madera acabados con barniz de poliuretano, que los convierten en pavimentos mucho más resistentes. Dentro de los barnices, puedes optar por un acabado mate, satinado o de alto brillo.
Si eliges suelos de madera acabados con ceras o aceites, debes saber que serán mucho menos resistentes al rayado. En compensación ofrecen un aspecto muy natural, tremendamente bonito. Estos suelos han de volver a encerarse (o a aceitarse) una vez al año.
El mantenimiento más adecuado
Antes de hablar de los cuidados que necesitan los pavimentos de madera, conviene mencionar un aspecto de los mismos que me parece importante: el grosor de las tablas o lamas. Elegir suelos de madera más o menos gruesos va a determinar su durabilidad. Por ejemplo, las tablas de madera maciza (que no se suelen poner dado que tienen un precio muy alto) tienen un grosor de entre 8 y 10 mm, por lo que puede restaurarse más veces (mediante el acuchillado).
Los parqués multicapa, por ejemplo, tienen una capa de madera final mucho más fina, que permite menos acuchillados.
En cuanto a los cuidados cotidianos que has de darle a tus suelos de madera, pasan por aspirarlo con frecuencia para eliminar arenilla y restos que lo puedan arañar. También es conveniente fregarlo con agua y un limpiador específico una vez a la semana, escurriendo bien la fregona.
Con todos estos datos, ya no tendrás que renunciar a elegir suelos de madera para tu casa. Seguro que encuentras en más adecuado para ti.
Puedes leer la entrada original y completa en de la revista online Decoración 2.0.