Rodeado en un entorno de tiendas de artesanía, garajes, almacenes de París, la elección del lugar viene condicionada por el espacio y el presupuesto ajustado. La pareja buscaba un refugio acogedor que hiciera las veces de taller de pintura para desarrollar su profesión.
Ubicado en un patio empedrado sólo cuenta con una planta de fabricación. Se trata de un modesto edificio en "L", destacando la altura del techo de 5,5 mt.
La presencia de dos grandes ventanales y la situación en el patio crean un entorno luminoso y de apertura al exterior. Lleno de ideas por parte de sus dueños, le han conseguido sacar el máximo provecho a este espacio abandonado.
La rehabilitación resulta bien pensada con la creación de un altillo para situar el dormitorio aprovechando la altura de los más de 5 metros; instalación de una escalera y dos ventanas de tejado, aislando el techo y la renovación de las carpinterías existentes y colocar solado en madera. Seis meses son necesarios para completar el trabajo de acondicionamiento y hacen que el lugar se convierta en una vivienda aprovechada, funcional y fácil de usar.
Para optimizar el espacio sin alterar el espíritu del lugar se buscó el equilibrio y la proporción. Se aumenta el volumen original sacando más metros cuadrados para construir un espacio privado. Crear una planta entera bajo el techo habría sido la opción más fácil, pero también menos estética. Se habría perdido la luminosidad de los ventanales y la memoria industrial del lugar. Con el "altillo" la apuesta es más equilibrada y hoy por hoy el antiguo taller combina a la perfección los espacios abiertos y los cerrados, la tradición con los materiales contemporáneaos (madera, metal y vidrio) y el color con la sobriedad.
Tras la puerta de cristal de acceso nos encontramos la sala de estar con cocina americana. Con un solo vistazo podemos identificar el volumen completo bañado por la luz donde conviven comedor, cocina, sala de estar e incluso una pequeña oficina. Juntos en la misma superficie unificada por un suelo de parquet, estos espaciosquedan claramente definidos.
Un banco a modo de poyo de pequeños bloques de yeso hace las veces de banco para la mesa. Las tablas del suelo de madera de pino fueron recuperadas en dos talleres vecinos.
Como una planta semi-independiente, el volumen de la estructura del altillo no obstaculiza la luz. Ubicada en la esquina, la escalera tiene dos vuelos unidos por una meseta que forma un cuarto de vuelta.
Simple pero funcional, la cocina se reconoce por su refrigerador "años 50" de color rojo brillante (Smeg).
Podemos distinguir el paso entre las dos vigas principales (IPN). El pilar de acero colocado sobre un dado de hormigón, recuerda a los pilares de fundición antiguos, reforzando el carácter industrial. Los colores y materiales hacen el resto: el tono del parquet miel y vigas, los postes de metal, la pared de madera de la entreplanta, pintado de gris, color clave para la industria.
A mitad de altura del techo se ha creado una "cercha" de 15 m² que alberga una habitación y el cuarto de baño. Se basa en una estructura sólida de metal con vigas IPN y vigas de madera espaciadas a 60 cm. Toda esta estructura de soporte fue diseñada y desarrollada por los propietarios.
El dormitorio visto desde abajo se oculta por una cortina de "toile de Jouy", manteniendo así su vida privada mientras disfruta de la luz ambiental.
El dormitorio semeja a una buhardilla por la estructura rematada a dos aguas. Un particularidad de este espacio es el uso de los espejos a modo de cabecero, que reflejan la luz y hace que se disfrute de la claridad traída a través de las dos ventanas de techo.
Un pequeño loft con sabor industrial que retoma un auténtico espacio fabril de antaño creando una vivienda con estilo, carácter y equilibrio. Los toques decorativos vintage en piezas de mobiliario completan una renovación espectacular.
Fotografías cortesía Antonio Duarte
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