- Entonces, ¿ya has encontrado plan para este fin de semana?
- ¿Cómo?
- Dijimos que haríamos algo especial. Y quedamos que tú ibas a encargarte. Te ofreciste tú. ¿Te acuerdas?
Silencio. De fondo, se oye el ruido de gente que camina, hoy sin prisas. De calles que se cruzan, de sorpresas a la vuelta de la esquina, de escaparates que presumen, de bares que se llenan, de cafés que están dormidos. La vida se despierta sola. No necesita cafeína.
- Dime que no es lo que parece...
El silencio se alarga. Son más de tres, los puntos suspensivos. Y las dudas, en el aire.
- No me lo puedo creer, ¡no te has acordado! Siempre igual...Siempre. Solo piensas en ti. Si ya lo sabía yo...
Vía
¿Cómo le digo que no me apetece algo diferente? ¿Cómo le explico que a mí no me importa la rutina? ¿Cómo le cuento que prefiero lo de siempre? Es sábado pero no quiero competir con nadie. No necesito en absoluto ganar el premio al mejor plan. No soporto esa presión. Total, ¿qué es el mejor plan? ¿Para qué sirve? Si yo lo que quiero es que esté aquí, sea sábado o miércoles. Aquí, conmigo y llevarla al mejor lugar del mundo sin que salga de mis brazos. Quiero que mi memoria fotográfica sólo tenga ojos para ella. Quiero estar en las nubes y adivinar el destino de cada avión que pasa por delante. Quiero prepararle el mejor café de la semana. Ese que se tomará despacio, sentada, sin pensar en nada. Quiero salir a pasear, porque estoy cansado de andar por andar. Quiero ir a por el pan. No saber qué escoger. Comer a medias el cuscurro antes de llegar a casa. No poner el mantel en la mesa. Quiero buscar las llaves en su bolso y luego verlo ahí, colgado en el perchero. Quiero que se ría mucho, por si ya no se acuerda. Parar el reloj y que no se de cuenta. Quiero descubrir un nuevo lunar. Ella no lo sabe pero cada vez que lo hago es como si llegara a la Luna. Quiero subir el volumen de sus cosquillas. Quiero hacer sitio en el armario, para su ropa. Y en mi piel, para sus caricias. Quiero que lea un poema y escuchar su voz. Quiero contarle secretos. Quiero no saber lo que digo. Quiero susurrarle que la quiero y que diga, ¿cómo? Quiero repetírselo a besos. Quiero que todo esté bien, así. Y que no tenga prisa por irse. Que se quede a vivir aquí este fin de semana. Y que sus planes seamos nosotros.
Gordon Gahan "Young Lovers in Paris," 1972.
- ¿Por qué no dices nada? ¿Estás ahí?
- Sí, sí. Aquí sigo...
- Y entonces, ¿qué hacemos? ¿Se te ocurre algo?
- Ven a casa. Luego te lo cuento.Feliz sábado a todos,