Que tenemos una hija muy motriz y carne de circo es innegable. A menudo tenemos que modificar nuestras actividades para satisfacer esta necesidad de movimiento. Más que nada, por si no queremos que toda esa energía se quede acumulada y salga de la peor manera… ya me entendéis. Ir a saltar, correr, parques, escalar… todo le vale y le encanta.
Durante de la reforma de la cocina aprovechamos para abrir el techo y clavar una argolla directamente en la viga con el fin de colgar mi precioso columpio de mimbre que me regalaron para mis 30 cumpleaños. La realidad es que el columpio espera paciente en el trastero el momento de reinar en el salón mientras estas cintas van y vienen con nuestra hija colgando en ellas.
Las que lo queráis tener en casa, os recomiendo que acudáis a un profesional para que os haga la instalación y de esta manera os aseguréis de que no hay peligro para nadie ni nada. Os dejo unas imágenes de cerca para que podáis verlo con detalle.
Las cintas que colgamos del aro, son unas cintas que tenía el amore que compró en Decathlon. Las podéis ver aquí.
Como podéis comprobar su función inicial nada tiene que ver con la que hacemos, pero la verdad es que cubre la necesidad por completo y las opciones son infinitas.
Con música, sin música, con espectadores o sin ellos, las horas de diversión (y de quemar) están aseguradas. Tenerlas en el salón es un acierto ya que nos ayuda a poder conciliar un poco más, y lo mejor de todo es que es la mejor distracción de su hermana. Os puedo asegurar que hemos tenido momentos que podemos estar los dos cocinando y preparando la cena, mientras una se lo pasa pipa colgada como un mono y la otra ríe a carcajadas.
También aprovecho para responder aquí la pregunta y desvelar el misterio de la alfombra de foam blanca y gris. La podéis encontrar aquí. La usamos ya con Valentina y nos funcionó muy bien, así que os la recomiendo. Es la mejor solución para evitar golpes y que no te sangren los ojos con los colores chillones
Y eso es todo chicas, espero que la disfrutéis mucho y os garantizo horas y risas aseguradas. ¡Hasta la semana que viene!