La verdad es que ambos muebles son espectaculares y merecen mucho la pena conservar. De hecho, al descubrir los detalles del interior de la mesita de noche, aún quedamos más prendada de ella, si cabe. Así que, otra vez tiramos de pintura a la tiza para dar color al complemento de la peinadora.
En primer lugar, y comenzado por el interior, dimos una mano de blanco roto a la zona que ya había perdido la luz de ese tono, adquiriendo, por el paso del tiempo, un tono demasiado ajado.
Un hermoso papel adhesivo con motivos de mapas y detalles postales fue el elegido para decorar los "intestinos" de nuestro mueble.
Y de nuevo el mint... Qué placer nos produce aplicar y disfrutar este color... Y sobre todo, qué bien combina con el tono que adquiere la madera tras un buen lijado que la libre del brilloso barniz típico de otras épocas...
El culmen se alcanza con el suave decapado en curvas y aristas, que dan vida y movimiento a los detalles...
Barniz mate y cera dan por terminado el trabajo. Sólo queda disfrutar de este precioso mueble, con gran espacio de almacenaje y con unas líneas románticas y clásicas que enamoran...
¿Qué os parece el resultado? Nosotras estamos encantadas y pondríamos el dormitorio completo en nuestras respectivas habitaciones. Pero Paula no creo que nos deje.
Ya quedó encantada con la cómoda y su espejo, y estamos seguras que la mesilla de noche no será menos.
Este post se publica hoy viernes. Ayer tarde, justo después de terminar de editar las fotos y escribir esta entrada, Paula recogió su mueble, y hoy, a primera hora, nos ha enviado la foto de la mesilla felizmente instalada en su dormitorio. Aunque, con un poco de retraso sobre la publicación inicial, no podíamos dejar de incluirla en el post... Queda precioso, ¿verdad?
Que disfrutéis mucho de este puente; hemos hecho acopio de lectura y pintura para vivirlo en casa, con mucha prudencia... Nos leemos, pues, el viernes que viene.
¡FELIZ PUENTE!