Viajar es otra de mis gran pasiones, sobre todo si es a un lugar diferente a donde vivo. Creo que es importante conocer otras culturas y otros estilos de vida. Pero creo que si no fuera por visitar a este amigo, no hubiera elegido esta cuidad como destino, al menos no hasta haber visitado antes muchas otras.
Sin embargo volví enamorada (y congelada :D). El ritmo de vida es totalmente diferente, la gente es algo más seria que aquí, pero también es todo como mucho más respetuoso, mucho más natural. En general es todo más ordenado y mucho menos caótico.
Algo que me llamó muchísimo la atención fue el esmero que ponían en decorar los balcones y las terrazas a pesar de que la mayoría del año no pueden disfrutar de este espacio por las bajas temperaturas.
Además, las nuevas edificaciones tenían un toque de color que rompe con el blanco de la nieve, formas divertidas y sobre todo, todas tenían balcones bastante grandotes. Y por supuesto con su garaje de bicis en la entrada de cada edificio, nada de tener la bici en medio del pasillo u olvidada en el balcón o el desván. (Se nota que me gustó la vida de estilo nórdico no??...)
Hoy os quiero enseñar un apartamento de 168 m. en pleno Copenhage. De echo, estoy casi segura de que en mi viaje pasé por delante, porque la fachada me suena un montón. Es el típico piso nórdico, con el suelo de madera, grandes ventanales, los balcones bien decorados y el blanco como color predominante sin olvidar darle un toque de color. Un sueño de piso!
Vía
Y vosotros, disfrutaríais del balcón
si vivierais en un sitio tan frío?