Muchos conocéis a María Pazos por su cuenta en Instagram, como Marapazos, pero ella en verdad se llama María. Podría definir su profesión como deco social media, pero creo que en su caso, se queda un poco corto. Es un alma creativa, que va buscando la perfección en los detalles, y eso lo combina con una pasión intensa por los nuevos medios. Su parte estratégica la dedica a una gran empresa de deco y diseño para la que trabaja, su parte creativa la vuelca ahora sobre todo en su cuenta de Instagram, antes también en su blog Daglig.
Entrar en su casa es casi como entrar en sus fotos, un universo de tonos suaves y de mucha luz, un espacio despojado en el que no sobra nada. Hace unos meses que se mudó y María va construyendo el interior de su casa poco a poco. La casa es maravillosa, espaciosa y súper luminosa (¡y con una enorme terraza de la que tendremos que hablar más!).
El salón comedor es la primera estancia de la casa. Un espacio abierto, conectado con el hall y desde el que parte la escalera hacia el piso superior. Quizá la zona más seria de la casa, por eso de ser la zona pública. La intensa luminosidad y el color suave de las paredes contrasta con la zona de salón en tonos grises y antracitas, una gama que se extiende a los objetos decorativos en la zona del comedor, donde predomina el blanco.
La cocina, funcional, se ha llenado de vida y calidez gracias a la aportación de María, que ha sacado el menaje y la utillería para tenerlo expuesto. ¡Me encanta su capacidad de mantener la belleza y el orden, incluso en un espacio pequeño!
A partir de aquí accedemos al primer paraíso de esta casa, los cuartos de los niños. Para Julia ha creado una composición perfecta con el amarillo como leit motif. Los detalles exquisitos y el fondo siempre blanco. Aquí tiene todo lo que necesita: juguetes, descanso, lectura, luz y estilo. ¿Qué más se puede pedir? María, ese dormitorio es maravilloso.
Al fondo, el de Mateo. Nada que envidiar al anterior. Para empezar, tiene todo el espacio que puede desear para crecer. Creo que le tengo que pedir algunos consejos a María sobre cómo conseguir crear espacios tan tranquilos y ordenados. ¡Soy incapaz! No me puede gustar más la viñeta “Guerra de las Galaxias” en este dormitorio. ¡Y esas colchas de rayas blancas y negras! Me imagino que hermano y hermana pasarán mucho tiempo juntos jugando en este cuarto…
El segundo paraíso empieza al subir la escalera. Un gran espacio que todavía está por definir, pero que a María le va a dar mucho de sí. ¡Yo quiero un espacio así, para fotos, para composiciones, para quitar, para poner, para jugar, para trabajar! En un extremo, la mesa de trabajo y los props. Al otro, el acceso al dormitorio principal.
Serenidad, luz y detalle. Y lo mejor de todo es que María es un poco así, también. Es como si le gustara respirar profundo y experimentar las sensaciones, sin demasiados estímulos ni artificios. Sólo con lo justo y necesario. Yo no conozco a sus hijos pero tengo la sensación de que ella también se lo está transmitiendo a ellos.
Se confiesa admiradora del estilo nórdico, no sólo en deco, también en su concepto de vida. No me extraña…
(Por cierto, el tercer paraíso está en la terraza, de la que mejor disfrutamos en primavera…)
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