Quizás lejos de la decisión de muchos, y de la aventura de otros, cuando llega el momento de elegir el color de nuestro sofá, el color blanco no es de las primeras opciones sobre la mesa. Lo delicado, el aporte de color que necesitamos o sencillamente la búsqueda de una pieza que sea resistente todo terreno. Pero un sofá blanco es posible, si de una manera o de otra elegimos la opción y no solo en tapizados de piel.
Una funda añadida, una buena tapicería resistente a líquidos, a mascotas y a las manchas, puede ser la solución para integrar sin miedo una pieza tan elegante y luminosa en nuestra casa.
Cuando en mi caso, llego el momento de elegir el color del nuestro, pese a los comentarios de familiares y amigos, sabíamos que no queríamos grises o colores y nos decantamos por un color beige muy clarito.
Una elección que permite la personalización y accesorización del espacio con complementos y colores de todo tipo. Todo un acierto.
Por esto, hoy para inspirar a aquellos que están dudando de como quedaría un sofá blanco en algún estilo o espacio, nos colamos en este renovado apartamento que equilibra un aire delicado e industrial en su decoración.
Un sofá blanco puede aportar la luz y elegancia al espacio. Pero si te da miedo su mantenimiento, lo mejor es que elijas o un sofá desenfundable y compres una segunda funda, o elijas una tapicería apropiada, con tratamiento antimanchas y resistente.
Sin duda, único por la manera de unir cocina y salón mediante las puertas de cristal y hierro, que le aportan al espacio, el toque industrial y vertical que proyecta aun mas el espacio.
Pero su sala, mas allá de quedarse en darle protagonismo a la cocina, combina elegantes piezas recuperadas, una magestuosa mesa de comedor y arte divertido y dinámico en las paredes que le dan el toque justo de color y rejuvenecido.
Me encanta el resultado, ¿y a vosotros?
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