La estructura de la vivienda se distribuye en diferentes estancias que conforman las cabañas tradicionales de los pescadores lugareños. Decoradas en blanco y azul puro, estas viviendas tan particulares se han construido según la tradición arquitectónica del lugar sobre la arena conectando las diferentes viviendas de la zona por medio de caminos entre dunas.
En la casa principal se sitúa el comedor del salón y la cocina único habitáculo que se complementan con diferentes porches para soportar el sol castigador del verano y el acceso a un jacuzzi es clavado entre la arena. Las otras tres cabañas individuales acogen el dormitorio principal y los dormitorios para los invitados incluso una lavandería y todas las habitaciones disponen de diferentes baños con un estilo magistral.
En cuanto a los materiales utilizados hay que destacar que son totalmente naturales donde predomina la madera y tablón recuperado con un alto acierto que consiguen aire fresco en las diferentes estancias.
El espacio de tertulia con su chimenea consigue realzar el estilo de los lugareños, viguetas vistas de madera y las paredes de la casa encaladas en blanco con mobiliario antiguo son las características principales del interior de la vivienda rústica. Como podemos ver en las imágenes los diferentes espacios de la cocina y del salón comparten una conexión sin tabiques logrando un conjunto estético y decorativo totalmente equilibrado. Los pavimentos están realizados con hormigón pulido a base de color beig.
En los dormitorios son a base de paredes de madera y los techos inclinados con sus vigas vistas son los protagonistas de la zona de descanso jugando a al perfección con los muebles que siguen el carácter sencillo y totalmente rústico que predomina en toda la vivienda.
Es evidente que no podía faltar una buena piscina, me dio Cuvier por una estructura de madera y paja y unas tumbonas recicladas proporciona una zona de descanso verdaderamente de un paraíso o el lugar ideal para afrontar unos días calurosos en verano.