Caminando, dejándome llevar por la loca de la casa, mi intuición, crucé la calle, arrastraba mi carrito con las compras del super… y me voy a ver botas…
Pasatiempo que ahora me ocupa, cuando no estoy ocupada, es ver que bota me gusta más.
Viene el invierno, me gustan las botas, pero no me puedo decidir por alguna.
Siempre parece ser que hay más lindas.
El año pasado, en abril, el abril terrible que pasé en el 2014, compré unas botas, de marca, que me salieron muy caras, ahora no puedo hacer lo mismo, primero porque me duelen mucho, y otra es que no quiero equivocarme nuevamente.
No. Nada que me lleve a un extremo de sentirme asaltada.
Los tiempos cambian, mi vida se giró como una calesita.
Ya no persigo lo que siempre pensé que era perseguible. Ahora solo camino, atiendo, presto atención a mis hijas, a mis alumnitos.
Veo ojos tan enloquecidos, por madres hambrientas, locas, desmotivadas, violentadas por sus mismas incoherencias. Cuál será mi próximo juego?
Fuente: este post proviene de conciencia en el arte, donde puedes consultar el contenido original.
¿Vulnera este post tus derechos? Pincha aquí.
Creado: