Siempre es una elección elegante, de aquellas que no pasa de moda. Se puede adaptar a cualquier estilo y combinar con otros colores. En este caso, a una decoración en blanco y negro se le han añadido distintas tonalidades de grises además del acabado natural de la madera que podemos encontrar en los suelos de parquet de roble y en algunos de los muebles. Colores que combinan y que juntos crean una atmósfera relajante y acogedora.
Con el blanco como si de un lienzo se tratara, se multiplica la luminosidad de los espacios. Sobre éste, el negro aparece en pequeñas pincelades añadiendo elegancia a cada rincón. Se repite en los accesorios decorativos y en la mayoría de los tejidos. Mientras que en el salón tiene un gran protagonismo, en el resto de las estancias pasa más desapercibido. Los estampados geométricos en estos dos colores siempre funcionan y en este piso tenemos muchos ejemplos.
Encontramos muchos de los básicos del estilo escandinavo, con líneas rectas, puras y limpias. En términos generales, destaca una decoración minimalista, en la que se desvelan juegos de texturas, piezas modernas y cuadros que aportan color a las paredes.
Todo lo necesario para que triunfe una decoración en blanco y negro de día y de noche.
Si te ha gustado este estilo, no te pierdas nuestro pinterest. Allí encontrarás más propuestas con estos dos colores.
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