Tishman Speyer es la constructora encargada de dar a Nueva York uno de sus últimos edificios; un rascacielos de 65 pisos a orillas del río Hudson.
La torre se llamará ‘La Espiral Hudson’ y estará en el número 66 del bulevar del río. Con 306 metros de alto, este nuevo edificio no será de los más altos de la ciudad; sin embargo, poseerá una espiral de terrazas que recorrerá todo el perímetro del edificio hasta llegar a la cima.
Bjarke Ingels, director del equipo de arquitectos responsable del diseño de está torre, explicó que el diseño en espiral aseguraba que todos los pisos de la torre se abrieran al exterior creando jardines colgantes. Además, todas las terrazas están conectadas de manera ininterrumpida desde la planta baja hasta la cumbre.
Con este especial diseño, esta torre de oficinas permitirá que cada planta pueda tener una imagen panorámica de todo Manhattan con vistas a Midtown, Central Park, el distrito financiero y el río Hudson.
Más allá de la espectacularidad, estas terrazas en escalera buscan proporcionar a los trabajadores de las oficinas espacios de trabajo abiertos, colaborativos y conectados. Asimismo, el diseño de los interiores se caracteriza por espacios diáfanos prácticamente libres de columnas.
Para el mantenimiento óptimo de los jardines de estas terrazas, el edificio se estrecha suavemente hacia el cielo, permitiendo que la luz y el aire llegue a todas ellas.
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Fuente: El Economista