Esto que parece complicado, en realidad lo es, sin embargo los beneficios de tal ejercicio de condensación son tantos que merece la pena trasladarlo a otros ámbitos de la vida.
El principal sin duda es la conquista inmediata del orden, nada nuevo descubro cuando afirmo que la relación entre la cantidad, el orden y el espacio es directamente proporcional, cuanto más cosas y más espacio tenemos más difícil resulta mantener el orden.
Al contrario de lo que habitualmente se piensa, más espacio no significa más orden, significa menos limites físicos, y aquí es donde entra en juego la capacidad de decisión de cada uno para saber si ese papel que acabas de coger del buzón tienes que guardarlo en un cajón, archivarlo en una carpeta o simplemente tirarlo.
Papel a papel, libro a libro, zapato a zapato vamos llenando el espacio sin pensar realmente el lugar que debería ocupar en nuestra casa y en nuestra vida…. ¿no sería más fácil saber de antemano qué guardar y que no? y dónde?
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