1 Las regaderas: cuando tenemos un jardín pequeño con pocas plantas sigue siendo el mejor recurso.
2 Las pistolas de riego, que permiten economizar y regular la salida del agua por la manguera.
3 Las mangueras de riego por exudación: son un poco más caras, pero reducen muchísimo el consumo de agua. Están compuestas de un material poroso que exuda el agua, lo que implica un caudal constante.
4 Macetas de autorriego, que gestionan el agua que llega a la planta, generando un riego más controlado.
5 Riego por goteo: se basa en regar cada planta de forma individual a través de goteros. Pueden ser de botón o autocompensados.
6 Riegos por aspersión, que son idóneos para jardines muy extensos.
7 Riegos por dispersión, parecidos a los anteriores pero para jardines más reducidos.
8 Riego por goteo subterráneo, que no emplea ningún elemento que quede a la vista, por lo que son más estéticos. Evita la evaporación del agua por radiación solar, lo que implica la reducción del consumo de la misma.
9 Sistema automático solar de riego: funciona con energía solar y se puede programar.
En cualquier caso, antes de elegir el sistema de riego ideal vamos a tener en cuenta diferentes factores:
- Tamaño del jardín.
- Tipo de clima de la zona.
- Tipo de suelo a regar.
- El mantenimiento.
- El presupuesto para la instalación.
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