Encontrar la esencia de este apartamento es sencillo, tan sólo con descubrir el muro de piedra típico de las construcciones de los ‘faubourgs’ parisinos, la inspiración nos retrotrae a los lofts. Todo el espacio se derribó, incluida la chimenea. A partir de este espacio en blanco se diseñó un gran interior compartido por el salón y la cocina abierta con una barra como comedor, un baño y un dormitorio con vestidor, separado del resto mediante un tabique con ventana en hierro, inspirada en los talleres industriales. Todo el apartamento se ha decorado con piezas vintage y nuevas creaciones de líneas delicadas, terciopelos y toques de colores vivos, como el mostaza y el azul Klein, como el papel pintado que hace las veces de cabecero en el dormitorio.
Al ser un espacio pequeño y muy conectado, se empleó la misma paleta cromática para el salón y para el dormitorio, que funciona de forma unitaria y equilibrada. ¿No os parece?.
¡Feliz comienzo de semana a todos!
Fotografías [ ] Maureen Karsenty