La zona de salón al estar abierta permite tener perspectivas transversales de una ventana a otra, pero para ganar intimidad cuentan con grandes cortinas. Para aumentar aún más la sensación de espacio, las paredes se dejaron en blanco brillante para reflejar la luz natural. Situado en pleno corazón del barrio de Marais, en un edificio del siglo XVIII, esta reforma la realizó Margaux Beja. El dormitorio se separa del resto del espacio con una sencillas puertas de vidrio y perfilería metálica en negro de estilo industrial, que permiten aislar el dormitorio, pero sin quitar luz natural a la zona de la cocina. Las preciosas vigas vistas recuperadas en su color destacan en el blanco impoluto de las paredes, y toda la fuerza decorativa la tiene el contraste blanco, negro y madera.
¿No os parece un espacio sereno e inteligentemente bien aprovechado?
¡Feliz día a todos!
Fotografías [] Margaux Beja
VirlovaStyle
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