No os puedo decir cuántos detalles me enamoran de esta casa, porque no acabaría de escribir en un buen rato... Y os aburriríais! Da igual si está decorada de Navidad, como en las imágenes, o bien me la imagino el resto del año, sin adornos, porque me parece preciosa de cualquier forma.
Para empezar, tiene una base gris, que me enamora. Dicen que el gris es un tono frío, pero yo veo este interior lleno de texturas, lanas, mantas suaves y alfombras de pelo, y no dejo de sentir calorcito en la piel. Las velas, y la iluminación cálida (no son ideales los puntos de luz extra en el comedor?) le aportan un toque de originalidad al conjunto.
Además, las molduras y los techos altos de este edificio centenario de Oslo, completan el conjunto y enmarcan una decoración llena de encanto.
Buen puente!
Coralia.
Vía:
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