Lejos de ser una muestra artística arriesgada, ARCO se presenta contenida y conservadora, como certamen comercial que es, aunque siendo capaz de asimilar tanto propuestas experimentales de novísimos creadores como trabajos procedentes de las Vanguardias Históricas. Los ya clásicos Man Ray, Picasso, Chillida, Millares o Dalí conviven cómodamente con jóvenes promesas emergentes que trabajan técnicas mucho más arriesgadas, entre ellas, el vídeo o la robótica.
A la feria propiamente comercial, donde los coleccionistas han podido adquirir todo tipo de arte, hemos de unir un abanico de actividades que completan los cinco días que dura la cita, del 10 al 14 de febrero. Así, los asistentes han disfrutado, por ejemplo, de las veteranas en ARCO, Project Rooms, últimos trabajos en proyecciones de artistas de distintos países, entre los que destacan México, Bélgica o Cuba.
Por no mencionar, los foros, entregas de premios, inauguraciones, conferencias, coloquios y actos sociales celebrados en torno al arte, y la presencia, como siempre interesante, de revistas y publicaciones del sector. En definitiva, una mirada integral en la que no debería faltar cualquier amante y/o coleccionista de arte contemporáneo que se precie.
El mercado del arte español
Los organizadores de ARCO consideran que actualmente se vive un excelente momento en el mercado mundial del arte, una situación que también es favorable en España, donde encontramos un negocio maduro y en crecimiento constante desde 1992: según los analistas británicos Art Salex Index, el aumento de los beneficios de las subastas de arte se elevó a un 32,8% en la temporada 2003-2004.Estos datos se incrementarían si se tuvieran en cuenta para las estadísticas otras fórmulas para vender arte contemporáneo, como son las galerías, o ferias como ARCO, que poseen un peso específico en el sector. Son muchos los entendidos que atribuyen a esta feria una labor fundamental para consolidar el mercado español del arte. Sin embargo, los nuevos valores aún tienen camino por andar: los coleccionistas se siguen decantando por históricos como Picasso o Miró en sus compras.
Y es que, según los expertos, el coleccionismo de arte contemporáneo es aún muy pobre. Sólo los jóvenes parecen interesados en este tipo de manifestación artística y, poco a poco, algunos se animan comprar algo de arte para sus hogares, buscando lo estético, pero también la seguridad de una inversión. Sin duda, la clave para ampliar esta base de potenciales compradores está en incrementar el riesgo y el conocimiento de calle sobre las tendencias artísticas actuales.
México, inquietud vital
Gracias a la elección de México como país invitado de honor, los asistentes a ARCO hemos podido disfrutar de parte de la ebullición cultural y vital que hoy en día tiene lugar en el país latinoamericano. Aunque conocer las nuevas tendencias artísticas mexicanas es toda una experiencia, gran parte de la expectación quedó acaparada por las galerías históricas, donde Frida Kahlo ha reinado a placer.Junto con la inmortal pintora, se han expuesto otros artistas muy reconocidos de la plástica de este país como Castañeda o Leonora Carrington, componentes de la representación de vanguardia clásica en ARCO. Asimismo, también estaban invitadas otras galerías nacidas en la década de los 80, así como las más jóvenes, punto de encuentro de artistas emergentes mexicanos.
Dentro del programa de actividades en torno a México, no sólo el arte ha sido el protagonista. Actividades relacionadas con el fomento del turismo, la música, la arquitectura o la reflexión teórica-artística también han convivido durante esta feria, que, en definitiva, se ha convertido en toda una fiesta mexicana. Tanto es así que en esta ocasión las citas se han extrapolado a otros entornos culturales de la capital, entre ellos el MNCARS, el Centro Cultural Conde Duque, La Casa Encendida o la Casa de América.