Tabiques móviles, estructuras acristaladas con cuarterones, estanterías… son muchas las formas que hemos contemplado en Decoora para separar ambientes sin necesidad de erigir paredes. Sin embargo, aún nos quedan alternativas por explorar. Los arcos, por ejemplo, son una excelente propuesta para separar ambientes sin perder visibilidad entre un espacio y otro.
¿Qué es un arco? De forma sencilla podríamos definirlo como un elemento estructural de forma curvada que salva el espacio abierto entre dos pilares o muros. Utilizando este elemento estructural podemos separar la cocina del comedor, el dormitorio del vestidor, el recibidor del salón… Las posibilidades son infinitas.
¿Por qué un arco?
La sensación que percibimos al pasar por un arco es la de entrar o salir de una estancia, similar a la que percibimos al pasar por una puerta. Con un arco los ambientes quedan también visualmente divididos. Sin embargo, a diferencia de lo que ocurre con las puertas, la fluidez no se rompe.Esta característica convierte a los arcos en una gran opción cuando queremos crear diferentes ambientes en un espacio abierto de grandes dimensiones. El arco nos permitirá comunicar estos espacios de forma visual proporcionándonos en cada uno de ellos cierta intimidad. Además facilitará que la luz circule libremente de un espacio a otro lo que contribuirá junto a la continuidad que proporcionará el uso de un mismo suelo en ambos, que estos parezcan más amplios.
Los arcos son, además, elementos estructurales llamativos que incrementan el valor de nuestro hogar. Visualmente resultan elegantes y encajan en ambientes de diversos estilos, si bien son los clásicos, rústicos y mediterráneos los que mejor los reciben, dependiendo si estos se remetan con molduras de escayola, madera o elementos cerámicos.
Así podemos decir que los arcos sirven a diferentes propósitos que podrán ser matizados jugando tanto con la abertura mayor o menos del mismo, como con su acabado:
Comunican visualmente los espacios.
Proporcionan cierta intimidad a cada uno de ellos.
Permiten el paso de la luz.
Proporcionan una sensación de continuidad que contribuye a agrandar visualmente cada uno de los ambientes diferenciados.
Son artísticamente elegantes y añaden valor.
La luz del arco
Se conoce como la luz del arco a la distancia que existe entre los dos muros que lo sostienen. Una distancia con la que podemos jugar para lograr una mayor amplitud visual, una mayor intimidad o una ventilación mejor entre ambos espacios. De nuestras deseos o prioridad dependerá determinar ese número que después deberá ser aprobado por un arquitecto. Y es cuando se trata de modificar la estructura de un edificio, uno no siempre puede hacer lo que quiere.Cuando nuestro deseo es conectar dos espacios que antes estaban cerrados, un arco estrecho puede satisfacernos. Para conectar visualmente ambos espacios, sin embargo, será necesario ampliar la luz. ¿Qué deseamos ver del otro espacio? Hacernos esa pregunta nos ayudará a determinar la luz. Otro caso es posible; que queramos crear cierta división en un gran espacio para hacerlo más acogedor pero no nos preocupe la privacidad de cada uno de ellos. Entonces, podremos hacer que el arco llegue casi de pared a pared, reduciendo los muros.
Ambientes que podemos separar con un arco
Aunque ya he mencionado al comienzo de este artículo diferentes ambientes que pueden ser separados con arcos, quiero destacar aquellas propuestas que más me han llamado la atención y reflejarlas en imágenes. Pretendo con ello que tengáis una idea más clara de cómo utilizar los arcos para mejorar la fluidez de vuestro hogar. Inspiraros, en definitiva.El recibidor
Cuando el recibidor es muy largo un arco puede ayudarnos a hacerlo mucho más atractivo. Incorporarlo, nos permitirá, además, decorar cada zona de la entrada de forma individual. Una forma práctica de hacerlo es reservar un primer espacio para recibir. Un espacio decorado preferiblemente de forma diáfana con una consola y alguna planta donde puedan reunirse al menos cuatro personas. Después del arco, una segunda zona podría destinarse a almacenaje, colocando un armario en los que dejar abrigos, complementos y zapatos.En el recibidor un arco puede ser utilizado también para marcar el camino al salón, la habitación principal de la casa y aquella en la que nos solemos reunir con los invitados. Desde el recibidor, a simple vista, estos podrán ubicar el salón sin necesidad de señalarles el camino.
El comedor
Abrir la cocina al comedor mediante arcos es otra de las propuestas con mayor demanda. Y no resulta difícil entender el por qué. El hecho de poder trasladar la comida a la mesa sin obstáculos resulta muy práctico. Además, el arco permite que quien cocina no esté aislada –si no quiere- del resto de personas con la que va a compartir mes.También es común abrir de esta forma el comedor al salón. Porque todos sabemos que después de la comida y la correspondiente tertulia, solemos trasladarnos al salón a coger un buen sitio en el sofá. Quizá no todos, pero a muchos una siesta rápida en el sofá les sienta de maravilla.
El dormitorio
Cuando la vivienda es muy pequeña y crear un dormitorio cerrado supone comprometer el tamaño de un espacio importante como puede ser el salón, los arcos se convierten en una gran opción para separar ambientes. Puedes encontrarlos en numerosos apartamentos de estilo mediterráneo, en los que el dormitorio ocupa el espacio que ocupa la cama. En el caso en el que quieras disfrutar de una mayor privacidad, además, solo será necesario incorporar una cortina como la de la imagen.Además, los arcos en el dormitorio pueden ayudarte a separar este del cuarto de baño, el vestidor o el espacio de trabajo. Estas dos últimas apuestas son mis favoritas. Cuando no se dispone de un gran espacio para colocar un espacio de trabajo en casa, robarle un trozo al dormitorio puede ser una solución. El arco proporcionará intimidad a quien trabaje y permitirá descansar a quien quiera dormir.
¿Te gustan los arcos como elemento decorativo?