Una de las mejores técnicas es la aromaterapia, y es que hay decenas de formas para poder aplicarla en nuestra casa. Desde aceites esenciales en el agua del baño, en la ropa de cama, hasta velas aromáticas o difusores. Gracias a las diferentes innovaciones de hoy en día, la aromaterapia se ha convertido en un elemento fundamental para crear ese ambiente cálido y cómodo en nuestras casas.
Entre los productos más utilizados por los amantes de la aromaterapia se encuentra la lámpara catalítica, un objeto que se puede utilizar para aromatizar los espacios, para limpiar y desinfectar el aire en las habitaciones cerradas. Así, estas lámparas, la mayoría con diseños maravillosos, no solo perfuman sino que también sanean el ambiente, eliminando las el total de las bacterias, moho y ácaros que se acumulan en el aire que respiramos. Las esencias que se pueden aplicar en las recargas de las lámparas son variadas y al gusto de cada uno.
Otro de nuestros productos favoritos y queridos por todos son las velas Woodwick con mecha de madera, que presentan diversas fragancias perfectamente combinadas. Además, la parafina de alta calidad está enriquecida con cera de soja, que prolonga el tiempo de combustión de la vela y es biodegradable. Por otro lado, los difusores de aromas también son una opción a tener en cuenta: marcas como Spring Air o la asiática Chando destacan por sus difusores sofisticados de porcelana e inspirados en la naturaleza.
También los sprays para el hogar son una de las opciones más prácticas y sencillas en cuando a aromaterapia en casa. Podemos aplicarlos de manera fácil en la ropa de cama, en el sofá, en las alfombras o en las mismas cortinas. El aroma a lavanda es uno de los más queridos por todos los consumidores; un aroma que, afirman, ayuda a dormir. Y es que cada olor, cada esencia, nos genera diferentes sensaciones gracias al olfato; lo que logra sin duda hacer que nuestro hogar se llene de energía y buenas vibraciones.
Otra de las opciones son los saquitos aromáticos, una práctica que nos lleva de nuevo a nuestra infancia cuando nuestras madres y abuelas dejaban pastillas de jabón en los cajones de la ropa del armario. Ahora, en vez de pastillas podemos hacer uso de estos saquitos y dejarlos en nuestros armarios y vestidores. Y es que no hay nada como los olores que nos devuelven a los recuerdos de nuestros momentos más preciados.