La verdad es que no tenia muy claro si acudir al mercadillo o no y me animé con el tiempo justo. Estuve la semana y media previa al mercadillo haciendo todas las cosas que iba a llevar. Vamos en esos días me harté de lijar, pintar y barnizar. De hecho estuve un montón de días mañana, tarde y noche para llegar a tiempo y menos mal que cuento con la gran ayuda de mi mujer (estuvo pintando y barnizando como una loca) porque sino creo que no me habría dado tiempo a terminar muchas cosas.
Con todo ya listo llegó el día del mercadillo. Yo tengo que admitir que me pongo muy nervioso en estas cosas y la emoción me pudo un poco, pero que queréis que os diga cuando vas a vender las cosas que has hecho con tanto esfuerzo y cariño es inevitable ponerse así, soy un sentimental que le vamos a hacer jaja.
Llegamos mi mujer y yo para descargar y montar (os dais cuenta ya que mi mujer es una crack) y vaya momento. Ahora me río pero en ese momento me quería morir. ¡Vaya calor que pasamos!. Además dejamos el coche bastante retirado y tuve que dar varios viajes muy cargado, así que imaginaros la situación. Pero bueno eso ayudo a que se me pasaran los nervios. Nos pusimos a montar y el puesto quedó como podéis ver en las imágenes, con un montón de cosas bonitas.
Poco a poco fue llegando la gente y hubo un ambiente muy bueno. Mucha gente paseando y muchas visitas de amigos y familia. La verdad es que tener el apoyo de los amigos y la familia en estas cosas siempre es bueno y hace que te de un pequeño subidon. Hubo mucha gente pero en el mercadillo no se notaron mucho las ventas pero después haciendo balance me he dado cuenta que no fue para nada mala la experiencia. Me di a conocer a un montón de gente, vendí varias cositas (entre ellas mi querida bicicleta) y conseguí que una mujer, que le encantó en puesto, me encargara el arreglo de un mueble que tenia en casa. Así que al final la cosa fue redonda.
Para terminar el día, mientras recogíamos todo y lo transportábamos al coche de nuevo, comenzó a llovernos. Pero no esa lluvia finita que casi ni te enteras, sino goterones gordos que nos dejaron a mi mujer y a mi empapados. Fue un momento muy gracioso, no nos podíamos parar de reír. Ese día dormimos como dos niños chicos jaja.
Y bueno, como veis la experiencia no fue mala, y además este domingo vuelvo (volvemos) a repetir, pero en esta ocasión cambiamos de sitio y estamos en la plaza de la Merced, en pleno centro de Málaga. Al ladito del museo Picasso. Mas céntrico imposible y además estaremos mas tiempo, de 12:00 a 21:00, así que no tenéis excusa para visitarme y llevaros algo bonito y barato a casa. ¡Os espero!. Y nada, para finalizar simplemente deciros que son muchas horas de trabajo para unas pocas horas en el mercadillo, en las que no sabes como va a ir realmente las ventas, pero que sin duda es una experiencia que recomiendo y que me ha encantado y que repetiré. ¡Nos vemos este domingo en la plaza de la Merced!
Recordad, que podéis seguirme por el blog, facebook o Instagram (@la_buhardilladeco). Y visita mi tienda La Buhardilla Shop.