El salón acoge el sofá –en madera lacada y con colchonetas de terciopelo blanco–, la mesa de centro y la auxiliar de espejo son diseños de María Lladó. En la pared, entelada con damascos de Gancedo, se colocó una escultura de Rafael Canogar.
La interiorista María Lladó ha llevado a cabo un proyecto en esta vivienda que, ha dado la vuelta al aspecto rancio que ofrecían las carpinterías y acabados muy oscuros, convirtiéndola en un espacio moderno y confortable. Se aprovecharon todos los elementos originales del piso, la vieja tarima, las antiguas molduras de las paredes, las librerías… y se tiñeron de blanco, rejuveneciendo así la arquitectura clásica.
Sobre ese fondo se añadieron texturas y diseños de muebles bajo una paleta de amarillos, dorados, ocres y naranjas. Muebles traídos muchos de ellos de mercadillos y anticuarios de Francia y, de épocas muy diferentes.
La chimenea es original de la casa, al igual que las librerías, a las que se les puso una trasera de espejo. Además, se ha destacado la zona con un damasco de Gancedo y un espejo diseñado por María Lladó.
La interiorista utilizó verjas de los años 50 con aros de hierro para crear un espejo y la base de la mesa de comedor, rematada con un tablero lacado con pintura de coche.
El recibidor nos descubre el estilo de toda la vivienda, con detalles únicos que personalizan cada rincón. Sobre la consola, una fotografía de Montse Soto. La lámpara, el busto de escayola del s.XIX, el jarrón blanco y la butaca de los años 40 proceden del estudio de María Lladó. La alfombra de seda es una pieza iraní hecha a mano.
El mobiliario de cocina, en forma de U, con frentes en laca brillante y encimera de mármol blanco. Suelo de baldosas hidráulicas y, en el frente, dos cuadros creados con un juego infantil de los años sesenta.
El office con armario a medida de puertas correderas y trasera de espejo. En la pared, platos decorados con aves de Zara Home y otros antiguos.
El dormitorio, con la pared del cabecero entelada con un tejido de Yutes y suelo en moqueta. Las lámparas y ropa de cama, del estudio de María Lladó, se combinan con mesillas de diseño propio.
En los dos dormitorios juveniles, que se separan con una corredera de espejo, se ha realizado un juego de color positivo-negativo.
Adoro la mezcla de estilos, y vosotros?
¡Buen Día!
Imágenes vía: http://nuevo-estilo.micasarevista.com/
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