Las baldas son, además de muy funcionales, un elemento con el que se puede formar composiciones decorativas originales, desde alinearlas una debajo de otra de la misma medida o de diferente longitud, hasta jugar con diversos tamaños y en posiciones que ocupen toda la pared.
Para ambientes rústicos, podeis adquirirlas de madera con el grosor que deseeis. Si las preferís lacadas, en Ikea podeis encontrar varios modelos. Para baldas algo más sofisticadas, os recomiendo materiales como el cristal, el metacrilato, el metal. Podeis ver a continuación algunos modelos que he encontrado en Leroy Merlin.
Cristal con dibujos
Metacrilato
Balda de madera MDF
Balda de cristal
Balda de metal
Encajarlas en un entrante de la pared es una buena opción cuando lo que se desea es no gastar demasiado en un mueble, porque resultan más económicas. El único problema que le encuentro es que, a diferencia de una vitrina o un armario, queda todo a la vista y se hace necesario mantenerlo en orden.
También podeis utilizarlas para hacer composiciones de esquina. De esta manera se aprovechan rincones difíciles en los que no acabamos de encontrar el mueble adecuado.
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Imágenes: Indulgy