Aunque tengo que reconocer que me gustan las paredes encaladas tanto por dentro como por fuera y alguna pincelada de color como vamos a ver en casa mejicana. Puede presumir de un encanto bohemio pero tan limpio y sugerente que anuncia que su decoración está implicada con el minimalismo.
La verdad que para ser una casa de verano cerca de la costa su decoración no necesita más. Sus estampados navajos y los dibujos tribales nos recuerdan que estamos en tierra mejicana. Los techos de madera y cestos de fibra no pueden estar más de acuerdo con el clima marinero.
También me recuerdan que esta pequeña villa se encuentra cerca del mar, los troncos y maderas que hay por toda la casa, si, esos que se encuentran en las orillas y que ha arrastrado el mar dejando la madera lavada y a su vez tan ideal para decorar. Me gusta la sensación de libertad decorativa que se respira en ella, aunque al parecer no podía faltar una bonita silla Acapulco en la puerta.
Domino