De todas formas, mi objetivo de hoy es despedirme públicamente de mi tan QUERIDO mes de febrero, a ver si así al decirlo en voz alta, se hacen realidad mis deseos. Porque si, no se que le ha dado al mes mas corto del año conmigo (menos mal que es el mas corto), pero me tiene entre ceja y ceja… y oye! es llegar febrero y me vienen todos los males juntos. Ya le he dicho a mi madre, que me vaya buscando una curandera, que necesito que me pasen el agua, mi limpien el aura y me quiten todas las energías negativas que tenga alrededor , porque o me han echado un mal de ojo o alguien se acuerda mucho de mi en febrero y me hace budú! Hay quien dice que las coincidencias existen, pero yo os digo que aquí hay gato encerrado y no son precisamente ni Tomasa ni Pepe, que los tengo aquí acurrucaditos a mi lado.
Hace más de tres años que empecé esta aventura de emprender y después de meses de mucho trabajo, quebraderos de cabeza y volver loca a media familia, en febrero de 2013 abrió las puertas Maow, llena de cosas bonitas y cargada de toda mi ilusión y ganas de comerme el mundo.
Después de un año estupendo que ni yo misma me creía y con la cabeza en ebullición con miles de ideas y proyectos, llegó Él… mi talón de Aquiles, ese dolor insoportable que me mantuvo fuera de juego casi todo el año.
Fue un año muy duro, tanto física como mentalmente y cada vez que un medico me decía “relájate si está todo en tu cabeza…” yo me ponía peor. Llegó un punto en el que me planteé abandonar, a donde iba yo con una empresa todavía en pañales y a la que no le podía dedicar el tiempo necesario porque llevaba meses sin poder casi ni salir de la cama.
Pues si os digo la verdad, no sé que pasó, pero de repente, cuando estaba a punto de tirar la toalla, me desperté un día y Él, había desaparecido. Estaba tan contenta que retomé rápidamente el control y organicé todo justo a tiempo para navidad, olvidándome de la pesadilla de los últimos meses y centrándome en mi empresa y recuperar el tiempo perdido.
Volvíamos a estar en febrero, y todo iba a las mil maravillas a base de echar horas para ponerme al día de todo lo que había pasado por allí en mi ausencia, cuando un día… zas! Él volvió más fuerte que nunca y me mandó directa en una ambulancia para el hospital. Si el año anterior había sido desesperante no saber cuando iba a acabar aquella pesadilla, ahora, además de ver que la historia se repetía, el miedo era pensar que en cualquier momento, aunque estuviera perfectamente, podía llegar y anularme sin más, sin avisar ni darme un toquecito de atención para que me fuera haciendo a la idea… Por suerte esta vez, a pesar de que el dolor fue mucho mas intenso, lo aniquilamos de un plumazo con una medicación que me dejo catatónica durante unos días, pero que me dio las fuerzas físicas y mentales para poder volver a empezar.
Con las pilas cargadas y, un poco acojonadilla porque volviese, empezamos el tercer año de maow con la intención de crecer un poco, rodearme de un buen equipo y que todo lo pasado, se lo llevasen las lluvias primaverales. Y en esas estábamos, organizando nuevos proyectos y aventuras cuando llegó la super noticia de que teníamos que dejar nuestro bonito local. En la entrada Mi giro de 360 grados, os conté toda la historia. Mis idas y venidas y mis semanas de montaña rusa que al final duraron más de lo que yo me esperaba… Y así como quien no quiere la cosa, llegó diciembre y no encontrábamos el local perfecto, pero el no-perfecto tampoco y decidimos esperar, cerrar temporalmente, acabar la campaña de navidad en el precioso Mercado de las Luces del antiguo edificio de Labase y después tomarnos unas merecidas vacaciones.
No os voy a engañar, pero esa semana entre las paredes de aquel edificio tan increíble, mi cabeza le dio tropecientas mil vueltas a la idea de quedarnos con él y juntarnos varias marcas para recuperar ese tesoro escondido en la plaza de San Andrés. Siempre he tenido predilección por los edificios antiguos, aunque estén ruinosos (que esta vez no era el caso), porque siempre tienen una historia detrás a la que aportar tu granito de arena y porque desprenden una magia única. Después de mucho hacer números, descartamos la idea, porque aventureros somos, pero en estos casos, el money es el que manda, ya sabéis lo que dicen… el dinero no da la felicidad, pero ayudar, ayuda.
La cuestión es que aún así, parecía que 2016 empezaba muy bien, nos trasladamos a la bonita tienda de Paula, Love it Sara, y así pudimos organizarnos mejor para seguir buscando con tranquilidad nuestro nuevo espacio.
Y entre días lluviosos y fríos, tardes de café con amigas, agobios, días de sol y demás rutinas diarias, apareció EL. Tranquilos, esta vez EL, es el local más bonito y especial del mundo mundial, que apareció así de casualidad. Bueno de casualidad no, que ya os he dicho que no creo en las casualidades, pero allí estaba el pobrecito, todo viejito y estropeado pero lleno de belleza escondida tras aquellas puertas, esperando por mí.
¿Conocéis la sensación de venirse arriba y pensar que eres imbatible verdad? Pues así estaba yo, feliz y mordiéndome la lengua a todas horas para no soltar ni prenda hasta que estuviera todo firmado y ya no se me pudiera escapar. Empezábamos febrero y yo solo podía contar los días para empezar y acabar las obras, traerme todos los muebles del almacén, pintar paredes, colgar espejos, la pared de la ilustración aquí, la zona de talleres allí, la chalk paint en esta estantería, la cerámica en esta mesa, esta lámpara más arriba, la otra ahí, perfecta… y entonces volvió, de nuevo Él. Me negué en rotundo, no iba a dejarlo volver a adueñarse de mis días, de mi cuerpo, de mi vida, pero después de una semana, perdí la batalla y aquí estoy de nuevo en la cama. Por si no fuera poco, este fin de semana llegó la oportuna muela que decidió montarse su propia fiesta privada y agotar mis fuerzas por completo.
Y entre tanto caos, con la obra a medias, la desesperación por volver a estar mal y demás dolores de cabeza, resulta que esta mañana, he descubierto al culpable. Llevo tiempo escuchando a varias personas recomendarme ir a clases de meditación, y la verdad, después de pensarlo, he decidido que por probar no pierdo nada. Sigo dándole vueltas al tema de que todo esta en mi cabeza y como no puedo salir de casa sin que parezca que me voy a poner de parto en cualquier momento por mi cara de dolor, decidí buscar por internet y así, el día que fuera a probar la clase no me pillaría de nuevas lo de pasarme una hora meditando con más gente a mi alrededor y yo sin saber que hacer. Abro google, escribo meditación y me aparecen diferentes links. Leo unas cuantas entradas y hago clic en un video de youtube Meditacion, sanar el cuerpo con la mente y pienso que esto me va de perlas para mis males así que le doy al play y veremos si aguanto los 56 minutos que dura el video.
¿Resultado? obviamente no esperaba que al acabar me fuese a levantar de un salto y salir corriendo en plan milagro, pero os puedo decir que ha encontrado al causante de mis males, o eso creo. Él, ahora tiene nombre y se llama Mi Guardián. Resulta que Mi Guardián lo que quiere es cuidarme, mandarme avisos y señales de que algo no va bien por ahí adentro y como no le debo hacer mucho caso… “mi guardián” decide manifestarse cada febrero para ver si así me queda claro que el que manda es Él y no yo… ¿y como lo hace? En mi caso con dolor (seguro que ya lo ha intentado de otras formas, pero yo ni caso), para ver si así me doy cuenta de que este cuerpecito necesita que le haga caso, que le mime, que lleva 30 años dejándome hacer lo que me da la gana con el, pero hay que pararse, relajarse y dedicarle un poquito de tiempo. Lo veis, si ya decía yo que esto no eran casualidades, que alguien andaba detrás de todo esto…:)
Así que acabo febrero, el mes del amore, con mis propósitos para este año que no son más que quererme, dejarme querer por los míos y dedicarme tiempo a mi misma, a disfrutar de los pequeños momentos diarios, que nos obsesionamos con dedicarle el 100% de nuestro tiempo a nuestro trabajo, pero al final, o nos cuidamos o a ver quien tira del carro de nuestras empresas ¿no creéis?
Pensando y pensando en lo que me ha pasado por la cabeza en esa hora de meditación guiada, creo que acabo de encontrarle sentido a eso del Carpe Diem. Era algo que siempre había relacionado con el Living la vida loca de la juventud, no perderme ni una fiesta y estar en todos los saraos. Debe ser verdad eso de que con los años vamos cambiando, madurando y modificando prioridades, porque ahora resulta que me dicen Carpe Diem y pienso en un beso, un abrazo, una caricia, aprovechar cada ratito que tengo con las personas a las que quiero, en remolonear en la cama un domingo, desayunar rico y sano mientras leo un libro y salir a disfrutar de un paseo al sol que tanto se esconde por aquí, quedar con mis amigas para cotillear y solucionar el mundo cualquier día de la semana después de trabajar, apagar el movil, acurrucarme en el sofa con él viendo una peli o simplemente hacerme un moñaco, pintarme los morritos rojos y verme mas bonica que Beyoncé aunque lleve 3 días enferma metida en la cama…
Soy muy cabezona y he necesitado tres avisos de Mi Guardián para darme cuenta que mi Carpe Diem se ha convertido en Slowlife y ¿sabéis lo que os digo? Que creo que ya empiezo a sentirme mucho mejor… Es que en la meditación le he prometido a mi guardián que volvería a escribir, a pintar, a leer, a cocinar y hacer todas esas cosas que me hacen desaparecer del mundo por un ratito y apagar el chip de empresaria que tanta energía nos consume. Yo creo que ha visto que me lo tomo en serio y está aflojando un poco
PD: Me despido con la foto #spoiler que publicamos el viernes en rrss. Dentro de muy poquito, volveremos cargados de novedades, que aunque yo de momento no estoy para mucha cosa, tengo un equipazo que no me lo merezco!
PD2: He creado una nueva carpeta en Pinterest para mi nueva vida slow, puedes verla aquí
PD3: La lista de propósitos para la empresa también la tengo, pero he decidido guardarla y ponerme con ella cuando cumpla la mía.
PD4: El año que viene, por si las moscas, me voy a pasar febrero al otro lado del charco, calentita en mi tumbona y al solecito,jijijiji
Gracias a todos los que nos seguís a diario, sin vosotros nada de esto sería realidad…
Feliz lunes y BYEBYE FEBRERO!
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