Esta maravilla es un proyecto del estudio de arquitectura LF91, se llama Finca Rosa y está situado en Son Servera, Mallorca. En concreto, la vivienda fue una adquisición para la arquitecta e interiorista berlinesa del propio estudio, Britta Horstmann-Krause, que vio en ella un gran potencial con vistas al mar y la montaña. La casa pertenecía anteriormente a un matrimonio que había pasado largas estancias en Centroamérica, dejando cierta huella estilística en la vivienda, como los patios a varios niveles. La casa consta de tres estructuras conectadas, un edificio principal de dos plantas y dos anexos de una sola planta, todas las estancias con sus terrazas orientadas a la parte trasera o delantera, desde donde ver mar o montaña, es un verdadero lujo.
La finalidad era crear una casa de vacaciones de aire mediterráneo, sin demasiados ornamentos, utilizando materiales naturales y de la zona, como baldosas de cemento mallorquín-hidráulico, piedra, madera antigua, alfombras tejidas africanas, etc. El arte era relevante para esta familia por lo que el proyecto de iluminación, cobró también un papel muy importante.
Igual de cuidado que se prestó al interior, el estudio de arquitectura quiso que el paisajismo estuviera a la altura de las circunstancias. Una combinación de olivos, cipreses e higueras, discurren por los jardines e integran los distintos espacios al aire libre, desde la piscina a zonas de comedor o estar, con techos de cañizo y trepadoras que aportan sombra y frescor.
En cuanto a la decoración, encontramos una vivienda sencilla, con pocos elementos pero bien elegidos. El hall ya define lo que vendrá, una antigua silla de enea acompañada por dos cuadros del artista Detlef Baltrock y una sencilla alfombra redondeada de Tine K Home, son el preludio de una vivienda donde son pocas las piezas que se roban el protagonismo.
El salón o zona de estar, se compone de un sofá de B&B Italia con dos maravillosa butacas enfrentadas de Carl Hansen & Søn, cierra el conjunto una mesa de centro de anticuario y una lámpara de Marset.
La cocina, muy sencilla también, es típica de la zona. Con muebles de obra, baldas en lugar de armarios en la zona superior y en la parte baja, con puertas de madera. La cocina está contigua al comedor, con mesa y sillas de Vitra.
El baño principal es una de mis zonas favoritas, el revestimiento de la ducha a modo de guijarros es una obsesión que tengo desde hace muchos años, quizás yo la elegiría para el suelo en lugar de la pared (o incluso para ambos en la zona de la ducha), pero sin lugar a dudas, estaría claramente dentro de mis elecciones. El resto de lo que transmite ese baño es pura calma, no necesita más adjetivos. La escalera de bambú es de Lets Pause.
Los dormitorios son también, un remanso de paz, con cierta mezcla entre lo nuevo y lo viejo. Las lámparas colgantes a los laterales de la cama del dormitorio principal, son antigüedades recuperadas por la propietaria. Los textiles son de Maison de Vacances y Organic Studio.
¿Verdad que viendo esta casa se os quitan las ganas de invierno?
Imágenes: LF91 / Info; Interiores Magazine
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