Hoy visitamos una casa autosuficiente del estudio Barliswedlick, Nueva York.
Este dulce hogar esta construido en un entorno natural, envuelto por un paisaje invernal, donde reina una calma profunda de silencio y unas vistas excepcionales.
Para lograr una casa pasiva hay que construirla con un buen aislamiento, practicamente hermética y que su fuente de calor sea principalmente el sol.
La fachada principal esta orientada al sur y a través de unos grandes ventanales le permite entrar al sol durante todo el día. Las paredes, techo y suelo cuentan con un gran aislamiento.
Otro punto clave es la estanqueidad del aire que reduce su consumo de calefacción en un 90 por ciento, con un ventilador de recuperación de calor.
La vivienda de alto rendimiento no tiene ningún sistema solar fotovoltaico, de agua caliente o aerogenerador. Se basa en su diseño por su eficiencia energética.