Conocí el trabajo de Caterina Pérez en un ‘gathering’ de Kinfolk al que asistí en mayo del año pasado. Todo surgió porque le pregunté a mi compañera de mesa dónde había comprado la correa para la cámara de fotos. Yo andaba buscando una porque me apetecía darle un aire distinto a mi Nikon y fue entonces cuando fui a parar a la tienda on-line de Caterina. En ese momento no pude más que enamorarme de su bucólico universo, no sólo por sus bonitos productos elaborados a mano sino por la delicada estética con la que presenta todas sus colecciones gracias a la fotografía de Mónica Bedmar.
Imágenes: ToC ToC Vintage
El pasado sábado Caterina y Mónica ofrecieron un aperitivo en la tienda The Old Kitchen de Mercantic donde reunieron su talento y también su simpatía, así que hasta allí me acerqué con dos amigas y con mi hija Gala. Al margen de hacerme con un bonito estuche, fue un verdadero placer desvirtualizar a ambas. Con Mónica apenas pude hablar pero sí que conversé un rato con Caterina que entre otras cosas me avanzó que el shooting de su nueva colección la iban a realizar en Formentera, la isla que me tiene el corazón robado y que, como ya os conté en el blog, es mi paraíso particular. Deseando estoy ver el resultado que seguro que va ser espectacular.
Por cierto, exitazo total de los jabones artesanales que Caterina lanzó hace muy poquito y que ya se han agotado. Lamentablemente, no llegué a tiempo de adquirir el mío.